Por: Silvia Palacios.
Hace 15 años los organismos especializados de la ONU albergaron la ideología de género fabricada por un poderoso cabildo maltusiano internacional que logró imponerla en la Conferencia sobre la Mujer realizada en Pekín. Desde entonces las naciones y sus poderes constituidos han sido fuertemente presionados para adecuar sus legislaciones y su cultura a las resoluciones aprobadas, un tema que de facto entró al juego de las presiones diplomáticas. Hasta el momento la ONU ha servido de palco de honor para forzar un cambio cultural en todo el mundo, nuevas convicciones que ponen en duda la existencia de la familia natural,las diferencias entre el hombre y la mujer, y la gestación de la vida.
Por eso es muy importante que un grupo de naciones que representa a una buena porción de los habitantes del planeta, se una para enfrentar aquel poder supranacional que en aras del cumplimiento de una agenda retrógrada ponga en entredicho hasta la existencia de la persona y de la soberanía de los Estados. Así el 15 de junio pasado en Ginebra, según un despacho de la ACI/EWTN Noticias del 28 de junio, el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en su 26° período de sesiones, aprobó una resolución que reconoce a la familia como el núcleo de la sociedad.
La resolución fue aprobada por 26 votos a favor contra 15 y seis abstenciones e indica que:
“Reconocemos a la familia como el núcleo natural y fundamental de la sociedad, y tiene derecho a la protección por parte de la sociedad y el Estado (…) La familia tiene la responsabilidad primaria de nutrir y proteger a los niños (…) para el desarrollo completo y armonioso de su personalidad, deben crecer en un ambiente familiar y en una atmósfera de felicidad, amor y entendimiento.”
Posiblemente cuando en Pekín se impuso la ideología del género, la mayoría de la población ni siquiera imaginaba que en algún momento establecer la prevalencia de la familia natural constituiría un tema de discrepancia mundial. Pero en este lapso aquellos grupos de poder que controlan medios de comunicación, sistemas educacionales, movimientos sociales, y otros medios de propaganda se pusieron al frente de una verdadera guerra cultural contra la civilización cristiana.
Los países que votaron a favor son Argelia, Benin, Botswana, Burkina Faso, China, Congo, Costa de Marfil, Etiopía, Gabón, India, Indonesia, Kazakstán, Kenia, Kuwait, Maldivas, Marruecos, Namibia, Pakistán, Filipinas, Federación Rusa, Arabia Saudita, Sierra Leona, Sudáfrica, Emiratos Árabes Unidos, Venezuela y Vietnam.
Como se puede constatar los países europeos que se supone son el centro de gravedad de la civilización cristiana occidental, una vez más reniegan de sus orígenes y persisten en mantenerse aislados congelándose en el pesimismo cultural del hedonismo del “no hijos” causante del invierno demográfico que los asola. Los estados que se opusieron a esta resolución a favor de la familia son Austria, Chile, República Checa, Estonia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Japón, Montenegro, República de Corea, Rumania, Reino Unido y Estados Unidos.
En lo que toca a Iberoamérica, las naciones votantes si no se distinguieron por su compromiso activo para sumarse a las naciones que se zafan de las imposiciones que demanda la diplomacia del género, por lo menos, por ahora, se abstuvieron. Estas son: Argentina, Brasil, Costa Rica, México, Perú , Cuba no votó. Y la República de Macedonia también se abstuvo.
“La derrota (del concepto) de varios tipos de familia demuestra que la ONU está cansada de este tipo de debates”, sintetizó Austin Ruse presidente del Instituto Familia Católica y Derechos Humanos en Estados Unidos en declaraciones recogidas por el sitio web BuzzFeed. A lo que agregó, “la mayoría de estados miembros quisiera avanzar hacia temas que preocupen al mundo y no solo a élites en el (hemisferio) norte”.
Aunque por su dimensión el revés que sufrió en la ONU el cabildo maltusiano es más determinante, el ámbito continental de la OEA también fue plataforma de confrontación en torno a algunos aspectos de la ideología del género.
De acuerdo a la asociación española CitizenGo, en la última Asamblea General de la entidad realizada en Paraguay entre el 3 y 5 de junio, el secretario general, José Miguel Insulza reconoció que tratar de insistir en el tema de los derechos del grupo LGBT, como ha acontecido en los últimos seis años, sólo ha producido “fricciones”, ya que existen naciones del continente que se oponen vehementemente a la aplicación vinculante, del aborto, del casamiento homosexual y de la adopción de niños por parte de estos, y que con razón temen los castigos externos a su soberanía que se les impondrían si no obedecen a alguna resolución que por ventura su población rechazará.
Debido a la controversia, no fue aprobada una resolución impulsada por Brasil, Argentina y Uruguay sobre los derechos al grupo homosexual. El representante del gobierno de Guatemala aclaró el tema. “Mi país declara que promueve y defiende los derechos humanos y, con relación a las disposiciones de esta resolución, no discrimina por cualquier razón, por motivos de raza, credo, sexo, etc. No obstante, Guatemala considera que legalmente no reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, y eso no constituye una práctica discriminatoria”.
la ideologia de género es un atentado contra la familia y contra las propias mujeres a las que se nos trata supuestamente de "defender" a traves de estas ideas insensatas e irracionales, pues busca relativizar y trivializar la feminidad como una mera construcción social y una simple elección del individuo (sea hombre o mujer) y no como lo que es en la naturaleza humana: la esencia misma de la mujer, su característica exclusiva como género, su identidad más bella de la que debemos de estar orgullosas.
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