El entrenador en jefe de los Gigantes de Nueva York, Pat Shurmur, se tomó un tiempo fuera del emparrillado para hablar con una multitud de congregantes en la Iglesia de Saint James, que estaba repleta como si se tratara de un estadio en miniatura un día de partido.
El obispo James Checchio de la diócesis de Metuchen presentó a Shurmur.
Shurmur agradeció al obispo Checchio y dijo que el pastor es un amigo muy importante para él.
"Creo que todos somos muy afortunados de que esté aquí para guiarnos", dijo Shurmur sobre el papel de Checchio en la supervisión de la Diócesis de Metuchen.
El coach de los Gigantes contó a los asistentes que su hijo recibió el Sacramento de la Confirmación en la Basílica de San Pedro en la Ciudad del Vaticano y que el obispo Checchio presidirá la boda de su hija el verano próximo.
Dijo que el obispo de la diócesis de Metuchen ha estado allí para él en los momentos buenos y malos, y su relación con este ministro de Dios le recuerda "que todos estamos aquí para hacer del mundo un lugar mejor".
El pasado sábado 30 de marzo Shurmur compartió historias de su vida y cómo fue crecer en el seno de una familia católica.
"Somos del área de Detroit, mi padre creció río abajo y mi madre en el lado este", dijo Shurmur. "Vivíamos en una comunidad de obreros".
"No recuerdo un momento de cuando era niño en que nos hayamos perdido la misa del domingo", dijo Shurmur.
Shurmur recordó que su madre siempre le enseñó cómo tratar correctamente a las mujeres en base a los valores cristianos, lo que lo llevaría a convertirse en un buen esposo católico que a su vez se ha esforzado por transmitir la fe católica a sus hijos.
Su padre, contó, también le enseñó a ser un buen católico, y aunque trabajaba mucho y tenía poco tiempo, siempre se encargó de que su familia estuviera cerca de Dios por medio de los sacramentos y la misa dominical.
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