DOMINGO 14 DE ENERO DE 2024
Dios todopoderoso
y eterno, que gobiernas los cielos y la tierra, escucha con amor las súplicas
de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Del
primer libro de Samuel: 3, 3-10. 19
En aquellos
días, el joven Samuel servía en el templo a las órdenes del sacerdote Elí. Una
noche, estando Elí acostado en su habitación y Samuel en la suya, dentro del
santuario donde se encontraba el arca de Dios, el Señor llamó a Samuel y éste
respondió: "Aquí estoy". Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo:
"Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?". Respondió Elí: "Yo no te
he llamado. Vuelve a acostarte". Samuel se fue a acostar. Volvió el Señor
a llamarlo y él se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy.
¿Para qué me llamaste?". Respondió Elí: "No te he llamado, hijo mío.
Vuelve a acostarte". Aún no conocía Samuel al Señor, pues la palabra del
Señor no le había sido revelada. Por tercera vez llamó el Señor a Samuel; éste
se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: ''Aquí estoy. ¿Para qué me
llamaste?".
Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al joven y dijo a
Samuel: "Ve a acostarte y si te llama alguien responde: 'Habla, Señor; tu
siervo te escucha' ". Y Samuel se fue a acostar.
De nuevo el Señor se presentó y lo llamó como antes: "Samuel,
Samuel". Este respondió: "Habla, Señor; tu siervo te escucha".
Samuel creció y el Señor estaba con él. y todo lo que el Señor le decía, se
cumplía.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del
salmo 39,2 y 4ab. 7-8a. 8b-9. 10.
R/. Aquí estoy, Señor, para
hacer tu voluntad.
Esperé en el
Señor con gran confianza, él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. Él me
puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. R/.
Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No
exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: "Aquí estoy". R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu
ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo
sabes, Señor. R/.
SEGUNDA LECTURA
De la
primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 6,13-15.17-20
Hermanos: El
cuerpo no es para fornicar, sino para servir al Señor; y el Señor, para
santificar el cuerpo. Dios resucitó al Señor y nos resucitará también a
nosotros con su poder. ¿No saben ustedes que sus cuerpos son miembros de
Cristo? Y el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él. Huyan, por
lo tanto, de la fornicación. Cualquier otro pecado que cometa una persona,
queda fuera de su cuerpo; pero el que fornica, peca contra su propio cuerpo.
¿O es que no saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, que han
recibido de Dios y habita en ustedes? No son ustedes sus propios dueños, porque
Dios los ha comprado a un precio muy caro. Glorifiquen, pues, a Dios con el
cuerpo. Palabra de
Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 1, 41. 17
R/. Aleluya, aleluya.
Hemos
encontrado a Cristo, el Mesías. La gracia y la verdad nos han llegado por
él. R/.
EVANGELIO
Del santo
Evangelio según san Juan: 1, 35-42
En aquel
tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos
en Jesús, que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios". Los dos
discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos,
y viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscan?". Ellos le
contestaron: "¿Dónde vives, Rabí?". (Rabí significa
"maestro"). Él les dijo: "Vengan a ver". Fueron, pues,
vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la
tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que
Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés
fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que
quiere decir "el Ungido"). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste,
fijando en él la mirada, le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te
llamarás Kefás" (que significa Pedro, es decir, 'roca'). Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice
Credo.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos,
hermanos al Señor y pidámosle que escuche compasivamente nuestras plegarias:
Por la
santa Iglesia de Dios, para que Dios, nuestro Señor, le conceda la paz y la
unidad y la proteja en todo el mundo, roguemos
al Señor.
Por los gobernantes de nuestra patria y de todas las naciones, para que Dios,
nuestro Señor, dirija sus pensamientos y decisiones hacia una paz
verdadera, roguemos al
Señor.
Por los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir
el bautismo, para que Dios, nuestro Señor, les abra la puerta de la
misericordia y les dé parte en la vida nueva de Cristo Jesús, roguemos al Señor.
Por nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con nosotros, para que
Dios, nuestro Señor, escuche sus oraciones y lleve a la realidad sus
deseos, roguemos al
Señor.
Dios nuestro, que muestras
los signos de tu presencia en la Iglesia, en nuestra asamblea y en todos los
hermanos, escucha las oraciones de esta familia tuya y no permitas que nunca
dejemos de estar atentos a ninguno de los signos que nos ofreces para
manifestar tu plan de salvación, a fin de que nos convirtamos en apóstoles y
profetas de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos,
Señor, participar dignamente en estos misterios, porque cada vez que se celebra
el memorial de este sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio
para los domingos del Tiempo Ordinario.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 22, 5
Para mí,
Señor, has preparado la mesa y has llenado mi copa hasta los bordes.
O bien: 1
Jn 4,16
Nosotros
hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que, saciados con el pan del cielo, vivamos siempre unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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