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Primer Libro de Los Reyes, capítulo 22 | Biblia Católica en Línea

1 de Reyes, capítulo 22
 


1 de Reyes 22 - Biblia Católica

1.Trascurrieron tres años sin guerra entre Aram e Israel.

2.Al tercer año bajó Josafat, rey de Judá, donde el rey de Israel,

3.y el rey de Israel dijo a sus servidores: «Vosotros sabéis que Ramot de Galaad nos pertenece y no hacemos nada por rescatarla de manos del rey de Aram.»

4.Dijo a Josafat: «¿Quieres venir conmigo para atacar a Ramot de Galaad?» Josafat respondió al rey de Israel: «Yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos.»

5.Josafat dijo al rey de Israel: «Consulta antes, por favor, la palabra de Yahveh.»

6.El rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: «¿Debo atacar a Ramot de Galaad, o debo desistir?» Le respondieron: «Sube, porque Yahveh la entregará en manos del rey.»


7.Pero Josafat dijo: «No hay aquí otro profeta de Yahveh a quien podamos consultar?»


8.Dijo el rey de Israel a Josafat: «Queda todavía un hombre por quien podríamos consultar a Yahveh, pero yo le aborrezco, porque no me profetiza el bien, sino el mal. Es Miqueas, hijo de Yimlá.» Dijo Josafat: «No hable el rey así.»


9.Llamó el rey de Israel a un eunuco y le dijo: «Trae en seguida a Miqueas, hijo de Yimlá.»


10.El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos de gala, en la era que hay a la entrada de la puerta de Samaría, mientras que todos los profetas estaban en trance delante de ellos.


11.Sedecías, hijo de Kenaaná se había hecho unos cuernos de hierro y decía: «Así dice Yahveh: Con éstos acornearás a Aram hasta acabar con ellos.»


12.Todos los profetas profetizaban del mismo modo diciendo: «Sube contra Ramot de Galaad, tendrás éxito. Yahveh la entregará en manos del rey.»


13.El mensajero que había ido a llamar a Miqueas le habló diciendo: «Mira que los profetas a una voz predicen el bien al rey. Procura hablar como uno de ellos y anuncia el bien.»


14.Miqueas respondió: «¡Vive Yahveh!, lo que Yahveh me diga, eso anunciaré.»


15.Llegó donde el rey y el rey le dijo: «Miqueas, ¿debemos subir a Ramot de Galaad para atacarla o debo desistir?» Le respondió: «Sube, tendrás éxito, Yahveh la entregará en manos del rey.»


16.Pero el rey dijo: «¿Cuántas veces he de conjurarte a que no me digas más que la verdad en nombre de Yahveh?»


17.Entonces él dijo: He visto todo Israel disperso por los montes como ovejas sin pastor. Yahveh ha dicho: «No tienen señor; que vuelvan en paz cada cual a su casa.»


18.El rey de Israel dijo a Josafat: «¿No te dije que nunca me anuncia el bien sino el mal?»


19.Dijo Miqueas: «Escucha la palabra de Yahveh: He visto a Yahveh sentado en un trono y todo el ejército de los cielos estaba a su lado, a derecha e izquierda.


20.Preguntó Yahveh: "¿Quién engañará a Ajab para que suba y caiga en Ramot de Galaad?" Y el uno decía una cosa y el otro otra.


21.Se adelantó el Espíritu, se puso ante Yahveh y dijo: "Yo le engañaré." Yahveh le preguntó: "¿De qué modo?"


22.Respondió: "Iré y me haré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas." Yahveh dijo: "Tú conseguirás engañarle. Vete y hazlo así."


23.Ahora, pues, Yahveh ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos estos profetas tuyos, pues Yahveh ha predicho el mal contra ti.»


24.Se acercó Sedecías, hijo de Kenaaná, y dio una bofetada a Miqueas en la mejilla diciendo: «¿Por qué camino se ha ido de mí el espíritu de Yahveh para hablarte a ti?»


25.Miqueas replicó: «Tú mismo lo verás el día en que vayas escondiéndote de aposento en aposento.»


26.El rey de Israel dijo: «Prende a Miqueas y llévaselo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey.


27.Y les dirás: Así habla el rey: Meted a éste en la carcel y racionadle el pan y el agua hasta que yo vuelva victorioso.»


28.Dijo Miqueas: «Si es que vuelves victorioso, no ha hablado Yahveh por mí.»


29.El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, subieron contra Ramot de Galaad.


30.El rey de Israel dijo a Josafat: «Yo voy a disfrazarme para entrar en combate, mientras que tú te pondrás tus vestidos.» El rey de Israel se disfrazó para entrar en combate.


31.Ahora bien, el rey de Aram había ordenado a los jefes de los carros: «No ataquéis ni a chicos ni a grandes, sino tan sólo al rey de Israel.»


32.Cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Seguro que es el rey de Israel.» Y le rodearon para cargar sobre él. Pero Josafat gritó.


33.Y viendo los jefes de los carros que no era el rey de Israel se apartaron de él.


34.Entonces un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre las placas de la coraza, y el rey dijo a su auriga: «Da la vuelta y sácame de la batalla, porque me siento mal.»


35.Arreció aquel día la batalla y el rey fue sostenido en pie en su carro frente a los arameos, y a la tarde murió; la sangre de la herida corría por el fondo del carro.


36.A la caída del sol se corrió un grito por el campamento: «Cada uno a su ciudad, cada uno a su tierra.


37.El rey ha muerto.» Llegaron a Samaría y allí sepultaron al rey.


38.Lavaron el carro con agua abundante junto a la alberca de Samaría y los perros lamían la sangre y las prostitutas se bañaron en ella, según la palabra que Yahveh había dicho.


39.El resto de los hechos de Ajab, todo cuanto hizo, la casa de marfil que edificó, todas las ciudades que fortificó ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?


40.Ajab se acostó con sus padres y reinó en su lugar su hijo Ocozías.


41.Josafat, hijo de Asá, comenzó a reinar en Judá el año cuarto de Ajab, rey de Israel.


42.Josafat tenía 35 años cuando comenzó a reinar y reinó veinticinco años en Jerusalén. Su madre se llamaba Azubá, hija de Siljí.


43.Siguió en todo el camino de Asá, su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto a los ojos de Yahveh.


44.Con todo, no desaparecieron los altos; el pueblo seguía sacrificando y quemando incienso en los altos.


45.Josafat estuvo en paz con el rey de Israel.


46.El resto de los hechos de Josafat, la bravura que demostró y las guerras que sostuvo ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá?


47.Barrió de la tierra a todos los consagrados a la prostitución que habían quedado en el país en los días de Asá su padre.


48.No había rey establecido en Edom.


49.Josafat hizo una flota de Tarsis para ir a Ofir por oro, pero no fue, porque se destrozó la flota en Esyón Guéber.


50.Entonces Ocozías, hijo de Ajab, dijo a Josafat: «Mis siervos irán con tus siervos en la flota», pero Josafat no quiso.


51.Josafat se acostó con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre David y reinó en su lugar su hijo Joram.


52.Ocozías, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, el año diecisiete de Josafat, rey de Judá, y reinó dos años sobre Israel.


53.Hizo el mal a los ojos de Yahveh y anduvo por el camino de su madre, y por el camino de Jeroboam, hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.


54.Sirvió a Baal y se postró ante él, irritando a Yahveh, Dios de Israel, enteramente como lo había hecho su padre.

Primer Libro de Los Reyes, capítulo 21 | Biblia Católica en Línea

1 de Reyes, capítulo 21
 


1 de Reyes 21 - Biblia Católica

1.Después de estos sucesos ocurrió que Nabot, de Yizreel, tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaría,

2.y Ajab habló a Nabot diciendo: «Dame tu viña para que me sirva de huerto para hortalizas, pues está pegando a mi casa, y yo te daré por ella una viña mejor que está, o si parece bien a tus ojos te daré su precio en dinero.»

3.Respondió Nabot a Ajab: «Líbreme Yahveh de darte la herencia de mis padres.»

4.Se fue Ajab a su casa triste e irritado por la palabra que le dijo Nabot de Yizreel: «No te daré la heredad de mis padres»; se acostó en su lecho, volvió su rostro y no quiso comer.

5.Vino a donde él su mujer Jezabel, y le habló: «¿Por qué está triste tu espíritu y por qué no quieres comer?»

6.El le respondió: «Porque he hablado con Nabot de Yizreel y le he dicho: "Dame tu viña por dinero o, si lo prefieres, te daré una viña a cambio", y me dijo: "No te daré mi viña."»

7.Su mujer Jezabel le dijo: «¿Y eres tú el que ejerces la realeza en Israel? Levántate, come y que se alegre tu corazón. Yo te daré la viña de Nabot de Yizreel.»

8.Escribió cartas en nombre de Ajab y las selló con su sello, y envió las cartas a los ancianos y notables que vivían junto a Nabot.

9.En las cartas había escrito: «Proclamad un ayuno y haced sentar a Nabot a la cabeza del pueblo.

10.Haced que se sienten frente a él dos malvados que le acusarán diciendo: "Has maldecido a Dios y al rey" y le sacaréis y le apedrearéis para que muera.»

11.Los hombres de la ciudad, los ancianos y notables que vivían junto a Nabot en su ciudad, hicieron lo que Jezabel les había mandado, de acuerdo con lo escrito en las cartas que les había remitido.

12.Proclamaron un ayuno e hicieron sentar a Nabot a la cabeza del pueblo.

13.Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él y acusaron los malvados a Nabot delante del pueblo diciendo: «Nabot ha maldecido a Dios y al rey»; le sacaron fuera de la ciudad, le apedrearon y murió.

14.Enviaron a decir a Jezabel: «Nabot ha sido apedreado y ha muerto.»

15.Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Ajab: «Levántate, toma posesión de la viña de Nabot, el de Yizreel, el que se negó a dártela por dinero, pues Nabot ya no vive, ha muerto.»

16.Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a la viña de Nabot, el de Yizreel, para tomar posesión de ella.

17.Entonces fue dirigida la palabra de Yahveh a Elías tesbita diciendo:

18.«Levántate, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que está en Samaría. Está en la viña de Nabot, a donde ha bajado a apropiársela.

19.Le hablarás diciendo: Así habla Yahveh: Has asesinado ¿y además usurpas? Luego le hablarás diciendo: Por esto, así habla Yahveh: En el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán también los perros tu propia sangre.»

20.Ajab dijo a Elías: «Has vuelto a encontrarme, enemigo mío.» Respondió: «Te he vuelto a encontrar porque te has vendido para hacer el mal a los ojos de Yahveh.

21.Yo mismo voy a traer el mal sobre ti y voy a barrer tu posteridad y a exterminar todo varón de los de Ajab, libre o esclavo, en Israel.

22.Y haré tu casa como la casa de Jeroboam, hijo de Nebat, y como la casa de Basá, hijo de Ajías, por la irritación con que me has irritado y por haber hecho pecar a Israel.

23.También contra Jezabel ha hablado Yahveh diciendo: "Los perros comerán a Jezabel en la parcela de Yizreel."

24.A los hijos de Ajab que mueran en la ciudad los comerán los perros y a los que mueran en el campo los comerán las aves del cielo.»

25.No hubo quien se prestara como Ajab para hacer el mal a los ojos de Yahveh, porque su mujer Jezabel le había seducido.

26.Su proceder fue muy abominable, yendo tras los ídolos, en todo como los amorreos a los que expulsó Yahveh ante los israelitas.

27.Cuando Ajab oyó estas palabras desgarró sus vestidos y se puso un sayal sobre su carne, ayunó y se acostó con el sayal puesto; y caminaba a paso lento.

28.Fue dirigida la palabra de Yahveh a Elías tesbita diciendo:

29.«¿Has visto cómo Ajab se ha humillado en mi presencia? Por haberse humillado en mi presencia, no traeré el mal en vida suya; en vida de su hijo traeré el mal sobre su casa.»

Primer Libro de Los Reyes, capítulo 20 | Biblia Católica en Línea

1 de Reyes, capítulo 20
 


1 de Reyes 20 - Biblia Católica

1.Ben Hadad, rey de Aram, reunió todo su ejército. Tenía consigo 32 reyes, caballos y carros. Subió y puso sitio a Samaría y la atacó.

2.Envió mensajeros a la ciudad, a Ajab, rey de Israel,

3.para decirle: «Así habla Ben Hadad: Tu plata y tu oro son para mí. Tus mujeres y tus hijos para ti.»

4.El rey de Israel respondió: «Como tú dices, rey mi señor, tuyo soy yo y todo lo mío.»

5.Volvieron los mensajeros y dijeron: «Así habla Ben Hadad: Envío a decirte: Me darás tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos.

6.Así que mañana a estas horas te enviaré mis siervos y registrarán tu casa y las casas de tus siervos, y echarán mano a cuanto les guste, y se lo llevarán.»

7.Convocó el rey de Israel a todos los ancianos de la tierra y les dijo: «Reconoced y ved que éste busca hacer el mal. Me pide mis mujeres y mis hijos a pesar de que no le he negado mi plata y mi oro.»


8.Todos los ancianos y todo el pueblo dijeron: «No le escuches, no consientas.»


9.Dijo a los enviados de Ben Hadad: «Decid a mi señor el rey: Todo lo que mandaste la primera vez a tu siervo, lo haré; pero esto no puedo hacerlo.» Se fueron los mensajeros llevando la respuesta.


10.Entonces, Ben Hadad envió a decir: «Esto me hagan los dioses y esto me añadan si hay bastante polvo en Samaría para los puños de todo el pueblo que me sigue.»


11.El rey de Israel respondió: «Decid: No se alabe quien se ciñe como el que se desciñe.»


12.Cuando Ben Hadad escuchó esta palabra, estaba bebiendo con los reyes en la tienda, y dijo a sus servidores: «Tomad posiciones.» Y tomaron posiciones contra la ciudad.


13.Se acercó a Ajab, rey de Israel, un profeta y le dijo: «Así habla Yahveh: ¿Has visto esta gran multitud? Hoy la entrego en tus manos y sabrás que yo soy Yahveh.»


14.«Ajab dijo: «¿Por medio de quién?» Respondió: «Así dice Yahveh: Por medio de los jóvenes de los jefes de distritos.» Preguntó Ajab: «¿Quién debe entablar el combate?» Respondió: «Tú.»


15.Pasó revista a los jóvenes de los jefes de distritos, que eran 232; después de ellos, pasó revista a todo el pueblo, todos los israelitas, 7.000.


16.Hicieron una salida a mediodía, mientras Ben Hadad estaba bebiendo hasta la imbriaguez en sus tiendas con los 32 reyes auxiliares.


17.Salieron en cabeza los jóvenes de los jefes de distritos. Enviaron a avisar a Ben Hadad: «Han salido algunos jóvenes de Samaría.»


18.El respondió: «Si han salido en son de paz, prendedles vivos; si han salido en son de guerra, prendedles vivos.»


19.Salieron, pues, de la ciudad aquellos jóvenes de los jefes de los distritos y el ejército detrás de ellos.


20.Abatió cada uno a su hombre. Aram se dio a la fuga e Israel le persiguió. Ben Hadad, rey de Aram, pudo salvarse a caballo con algunos jinetes.


21.Salió el rey de Israel y se apoderó de los caballos y carros, infligiendo a Aram una gran derrota.


22.Se acercó el profeta al rey de Israel y dijo: «Anda, cobra ánimo, y conoce y mira lo que has de hacer, porque el año que viene el rey de Aram subirá contra ti.»


23.Los servidores del rey de Aram le dijeron: «Su Dios es un Dios de las montañas; por eso fueron más fuertes que nosotros. Pero atacaremos en la llanura y ¿no seremos más fuertes que ellos?


24.Haz esto: quita de su puesto a cada uno de los reyes, y pon gobernadores en su lugar.


25.Por tu parte, recluta un ejército como el ejército que perdiste, con otros tantos caballos y carros, y les atacaremos en la llanura. ¿No seremos más fuertes que ellos?» Escuchó su voz e hizo así.


26.A la vuelta del año, Ben Hadad pasó revista a los arameos y subió a Afeq para luchar contra Israel.


27.Se pasó revista a los israelitas que fueron provistos de vituallas y marcharon a su encuentro. Los israelitas acamparon frente a ellos como dos rebaños de cabras, mientras que los arameos llenaban la tierra.


28.El hombre de Dios se acercó al rey de Israel y dijo: «Así habla Yahveh: Por haber dicho los arameos: Yahveh es un Dios de la montaña, no es Dios de las llanuras, voy a entregar toda esta gran muchedumbre en tus manos y sabrás que yo soy Yahveh.»

29.Acamparon frente a frente durante siete días y el séptimo día trabaron batalla. Los israelitas batieron a los arameos, 100.000 infantes en un día.

30.Los restantes huyeron a la ciudad de Afeq, pero la muralla se desplomó sobres los 27.000 hombres que quedaban. Ben Hadad había huido y se había refugiado en la ciudad, en una habitación retirada.

31.Sus servidores le dijeron: «Hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos. Deja que nos pongamos sayales sobre nuestros lomos y cuerdas en nuestras cabezas y salgamos hacia el rey de Israel. Acaso te deje la vida.»

32.Se ciñeron sayales a sus lomos y cuerdas sobre sus cabezas y fueron al rey de Israel y le dijeron: «Tu siervo Ben Hadad dice: Que pueda yo conservar mi vida.» El respondió: «¿Vive aún? ¡Es mi hermano!»

33.Los hombres lo tomaron como buen augurio y se apresuraron a tomarle la palabra diciendo: «Hermano tuyo es Ben Hadad.» El dijo: «Id a traerlo.» Ben Hadad salió hacia él, y él le hizo subir a su carro.

34.Ben Hadad le dijo: «Devolveré las ciudades que mi padre tomó a tu padre; y tú pondrás bazares para ti en Damasco, como mi padre puso en Samaría.» - «Con este pacto te dejaré libre.» Hizo un pacto con él y le dejó libre.

35.Un hombre de los hijos de los profetas dijo a su compañero: «Por orden de Yahveh, hiéreme»; pero el hombre no quiso herirle.

36.Le dijo: «Por no haber escuchado la voz de Yahveh, en cuanto te marches de mi lado, el león te herirá.» Se fue de su lado y le encontró al león, que le hirió.

37.Halló a otro hombre y le dijo: «Hiéreme.» El hombre le dio un golpe y le hirió.

38.El profeta se fue y se puso a esperar al rey en el camino. Se había disfrazado con una banda sobre los ojos.

39.Cuando el rey pasaba clamó al rey y dijo: «Tu siervo había llegado al centro de la batalla cuando uno abandonó las filas y me trajo un hombre y me dijo: "Custodia a este hombre; si llega a faltar, tu vida responderá por la suya, o pagarás un talento de plata."

40.Pero tu siervo estaba ocupado aquí y allá y éste desapareció.» El rey de Israel le dijo: «Esa es tu sentencia. Tú mismo lo has sentenciado.»

41.El entonces se apresuró a quitarse la banda de los ojos y el rey de Israel le reconoció como uno de los profetas.

42.Dijo al rey: «Así dice Yahveh: Por haber dejado ir de tus manos al hombre entregado a mi anatema, tu vida pagará por su vida y tu pueblo por su pueblo.»

43.El rey de Israel se fue a su casa triste e irritado, y entró en Samaría.

Primer Libro de Los Reyes, capítulo 19 | Biblia Católica en Línea

1 de Reyes, capítulo 19
 


1 de Reyes 19 - Biblia Católica

1.Ajab refirió a Jezabel cuanto había hecho Elías y cómo había pasado a cuchillo a todos los profetas.

2.Envió Jezabel un mensajero a Elías diciendo: «Que los dioses me hagan esto y me añaden esto otro si mañana a estas horas no he puesto tu alma igual que el alma de uno de ellos.»

3.El tuvo miedo, se levantó y se fue para salvar su vida. Llegó a Berseba de Judá y dejó allí a su criado.

4.El caminó por el desierto una jornada de camino, y fue a sentarse bajo una retama. Se deseó la muerte y dijo: «¡Basta ya, Yahveh! ¡Toma mi vida, porque no soy mejor que mis padres!»

5.Se acostó y se durmió bajo una retama, pero un ángel le tocó y le dijo: «Levántate y come.»

6.Miró y vio a su cabecera una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y bebió y se volvió a acostar.

7.Volvió segunda vez el ángel de Yahveh, le tocó y le dijo: «Levántate y come, porque el camino es demasiado largo para ti.»

8.Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza de aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, el Horeb.

9.Allí entró en la cueva, y pasó en ella la noche. Le fue dirigida la palabra de Yahveh, que le dijo: «¿Qué haces aquí Elías?»

10.El dijo: «Ardo en celo por Yahveh, Dios Sebaot, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quitármela.»

11.Le dijo: «Sal y ponte en el monte ante Yahveh.» Y he aquí que Yahveh pasaba. Hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebrantaba las rocas ante Yahveh; pero no estaba Yahveh en el huracán. Después del huracán, un temblor de tierra; pero no estaba Yahveh en el temblor.


12.Después del temblor, fuego, pero no estaba Yahveh en el fuego. Después del fuego, el susurro de una brisa suave.


13.Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se puso a la entrada de la cueva. Le fue dirigida una voz que le dijo: «¿Qué haces aquí, Elías?»


14.El respondió: «Ardo en celo por Yahveh, Dios Sebaot, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscam mi vida para quitármela.»


15.Yahveh le dijo: «Anda, vuelve por tu camino hacia el desierto de Damasco. Vete y unge a Jazael como rey de Aram.


16.Ungirás a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel, y a Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, le ungirás como profeta en tu lugar.


17.Al que escape a la espada de Jazael le hará morir Jehú, y al que escape a la espada de Jehú, le hará morir Eliseo.

18.Pero me reservaré 7.000 en Israel: todas las rodillas que no se doblaron ante Baal, y todas las bocas que no le besaron.»

19.Partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Había delante de él doce yuntas y él estaba con la duodécima. Pasó Elías y le echó su manto encima.

20.El abandonó los bueyes, corrió tras de Elías y le dijo: «Déjame ir a besar a mi padre y a mi madre y te seguiré.» Le respondió: «Anda, vuélvete, pues ¿qué te he hecho?»


21.Volvió atrás Eliseo, tomó el par de bueyes y los sacrificó, asó su carne con el yugo de los bueyes y dio a sus gentes, que comieron. Después se levantó, se fue tras de Elías y entró a su servicio.

Primer Libro de Los Reyes, capítulo 18 | Biblia Católica en Línea

1 de Reyes, capítulo 18
 


1 de Reyes 18 - Biblia Católica

1.Pasado mucho tiempo, fue dirigida la palabra de Yahveh a Elías, al tercer año, diciendo: «Vete a presentarte a Ajab, pues voy a hacer llover sobre la superficie de la tierra.»

2.Fue Elías a presentarse a Ajab. El hambre se había apoderado de Samaría.

3.Ajab llamó a Abdías, que estaba al frente de la casa - Abdías era muy temeroso de Yahveh.

4.Cuando Jezabel exterminó a los profetas de Yahveh, Abdías había tomado cien profetas y los había ocultado, de cincuenta en cincuenta, en una cueva, dándoles de comer pan y agua. -

5.Dijo Ajab a Abdías: «Ven, vamos a recorrer el país por todas sus fuentes y todos sus torrentes; acaso encontremos hierba para mantener los caballos y mulos y no tengamos que suprimir el ganado.»

6.Se repartieron el país para recorrerlo: «Ajab se fue solo por un camino y Abdías se fue solo por otro.

7.Estando Abdías en camino, le salió Elías al encuentro. Le reconoció y cayó sobre su rostro y dijo: ¿Eres tú Elías, mi señor?»

8.El respondió: «Yo soy. Vete a decir a tu señor: Ahí está Elías.»

9.Respondió: «¿En qué he pecado, pues entregas a tu siervo en manos de Ajab para hacerme morir?

10.¡Vive Yahveh tu Dios! No hay nación o reino donde no haya mandado a buscarte mi señor, y cuando decían: "No está aquí", hacía jurar a la nación o al reino que no te había encontrado.


11.Y ahora tú dices: "Vete a decir a tu señor: Ahí está Elías."


12.Y sucederá que, cuando me aleje de ti, el espíritu de Yahveh te llevará no sé dónde, llegaré a avisar a Ajab, pero no te hallará y me matará. Sin embargo, tu siervo teme a Yahveh desde su juventud.


13.¿Nadie ha hecho saber a mi señor lo que hice cuando Jezabel mató a los profetas de Yahveh, que oculté a cien de los prophetas de Yahveh, de cincuenta en cincuenta, en una cueva, y les alimenté con pan y agua?


14.Y ahora tú me dices: "Vete a decir a tu señor: Ahí está Elías." ¡Me matará»


15.Respondió Elías: «¡Vive Yahveh Sebaot a quien sirvo! Hoy me presentaré a él.»


16.Abdías fue al encuentro de Ajab y le avisó, y Ajab partió al encuentro de Elías.


17.Cuando Ajab vio a Elías le dijo: «¿Eres tú, azote de Israel?»


18.El respondió: «No soy yo el azote de Israel, sino tú y la casa de tu padre, por haber abandonado a Yahveh y haber seguido a los Baales.


19.Pero ahora, envía a reunir junto a mí a todo Israel en el monte Carmelo, y a los 450 profetas de Baal que comen a la mesa de Jezabel.»


20.Ajab envió a todos los israelitas y reunió a los profetas en el monte Carmelo.


21.Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: «¿Hasta cuándo vais a estar cojeando con los dos pies? Si Yahveh es Dios, seguidle; si Baal, seguid a éste.» Pero el pueblo no le respondió nada.


22.Dijo Elías al pueblo: «He quedado yo solo como profeta de Yahveh, mientras que los profetas de Baal son 450.


23.Que se nos den dos novillos; que elijan un novillo para ellos, que los despedacen y lo pongan sobre la leña, pero que no pongan fuego. Yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, pero no pondré fuego.


24.Invocaréis el nombre de vuestro dios; yo invocaré el nombre de Yahveh. Y el dios que responda por el fuego, ése es Dios.» Todo el pueblo respondió: «¡Está bien!»


25.Elías dijo a los profetas de Baal: «Elegíos un novillo y comenzad vosotros primero, pues sois más numerosos. Invocad el nombre de vuestro dios, pero no pongáis fuego.»


26.Tomaron el novillo que les dieron, lo prepararon e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: «¡Baal, respóndenos!» Pero no hubo voz ni respuesta. Danzaban cojeando junto al altar que habían hecho.


27.Llegado el mediodía, Elías se burlaba de ellos y decía: «¡Gritad más alto, porque es un dios; tendrá algún negocio, le habrá ocurrido algo, estará en camino; tal vez esté dormido y se despertará!»


28.Gritaron más alto, sajándose, según su costumbre, con cuchillos y lancetas hasta chorrear la sangre sobre ellos.


29.Cuando pasó el mediodía, se pusieron en trance hasta la hora de hacer la ofrenda, pero no hubo voz, ni quien escuchara ni quien respondiera.


30.Entonces Elías dijo a todo el pueblo: «Acercaos a mí.» Todo el pueblo se acercó a él. Reparó el altar de Yahveh que había sido demolido.


31.Tomó Elías doce piedras según el número de las tribus de los hijos de Jacob, al que fue dirigida la palabra de Yahveh diciendo: «Israel será tu nombre.»


32.Erigió con las piedras un altar al nombre de Yahveh, e hizo alrededor del altar una zanja que contenía como unas dos arrobas de sembrado.


33.Dispuso leña, despedazó el novillo y lo puso sobre la leña.


34.Después dijo: «Llenad de agua cuatro tinajas y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña.» Lo hicieron así. Dijo: «Repetid» y repitieron. Dijo: «Hacedlo por tercera vez.» Y por tercera vez lo hicieron.


35.El agua corrió alrededor del altar, y hasta la zanja se llenó de agua.


36.A la hora en que se presenta la ofrenda, se acercó el profeta Elías y dijo: «Yahveh, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu servidor y que por orden tuya he ejecutado toda estas cosas.


37.Respóndeme, Yahveh, respóndeme, y que todo este pueblo sepa que tú, Yahveh, eres Dios que conviertes sus corazones.»


38.Cayó el fuego de Yahveh que devoró el holocausto y la leña, y lamió el agua de las zanjas.


39.Todo el pueblo lo vió y cayeron sobre su rostro y dijeron: «¡Yahveh es Dios, Yahveh es Dios!»


40.Elías les dijo: «Echad mano a los profetas de Baal, que no escape ninguno de ellos»; les echaron mano y Elías les hizo bajar al torrente de Quisón, y los degolló allí.


41.Dijo Elías a Ajab: «Sube, come y bebe, porque ya se oye el rumor de la lluvia.»


42.Subió Ajab a comer y beber, mientras que Elías subía a la cima del Carmelo, y se encorvó hacia la tierra poniendo su rostro entre las rodillas.


43.Dijo a su criado : «Sube y mira hacia el mar.» Subió, miró y dijo: «No hay nada.» El dijo: «Vuelve.» Y esto siete veces.


44.A la séptima vez dijo: «Hay una nube como la palma de un hombre, que sube del mar.» Entonces dijo: «Sube a decir a Ajab: Unce el carro y baja, no te detenga la lluvia.»

45.Poco a poco se fue oscureciendo el cielo por las nubes y el viento y se produjo gran lluvia. Ajab montó en su carro y se fue a Yizreel.

46.La mano de Yahveh vino sobre Elías que, ciñéndose la cintura, corrió delante de Ajab hasta la entrada de Yizreel.

Primer Libro de Los Reyes, capítulo 17 | Biblia Católica en Línea

1 de Reyes, capítulo 17
 


1 de Reyes 17 - Biblia Católica

1.Elías tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: «Vive Yahveh, Dios de Israel, a quien sirvo. No habrá estos años rocío ni lluvia más que cuando mi boca lo diga.»

2.Fue dirigida la palabra de Yahveh a Elías diciendo:

3.«Sal de aquí, dirígete hacia oriente y escóndete en el torrente de Kerit que está al este del Jordán.

4.Beberás del torrente y encargaré a los cuervos que te sustenten allí.»

5.Hizo según la palabra de Yahveh, y se fue a vivir en el torrente de Kerit que está al este del Jordán.

6.Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y bebía del torrente.

7.Al cabo de los días se secó el torrente, porque no había lluvia en el país.

8.Le fue dirigida la palabra de Yahveh a Elías diciendo:

9.«Levántate y vete a Sarepta de Sidón y quédate allí, pues he ordenado a una mujer viuda de allí que te dé de comer.»

10.Se levantó y se fue a Sarepta. Cuando entraba por la puerta de la ciudad había allí una mujer viuda que recogía leña. La llamó Elías y dijo: «Tráeme, por favor, un poco de agua para mí en tu jarro para que pueda beber.»

11.Cuando ella iba a traérsela, le gritó: «Tráeme, por favor, un bocado de pan en tu mano.»

12.Ella dijo: «Vive Yahveh tu Dios, no tengo nada de pan cocido: sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la orza. Estoy recogiendo dos palos, entraré y lo prepararé para mí y para mi hijo, lo comeremos y moriremos.»

13.Pero Elías le dijo: «No temas. Entra y haz como has dicho, pero primero haz una torta pequeña para mí y tráemela, y luego la harás para ti y para tu hijo.

14.Porque así habla Yahveh, Dios de Israel: No se acabará la harina en la tinaja, no se agotará el aceite en la orza hasta el día en que Yahveh conceda la lluvia sobre la haz de la tierra.

15.Ella se fue e hizo según la palabra de Elías, y comieron ella, él y su hijo.

16.No se acabó la harina en la tinaja ni se agotó el aceite en la orza, según la palabra que Yahveh había dicho por boca de Elías.

17.Después de estas cosas, el hijo de la dueña de la casa cayó enfermo, y la enfermedad fue tan recia que se quedó sin aliento.

18.Entonces ella dijo a Elías: «¿Qué hay entre tú y yo, hombre de Dios? ¿Es que has venido a mí para recordar mis faltas y hacer morir a mi hijo?»

19.Elías respondió: «Dame tu hijo.» El lo tomó de su regazo y subió a la habitación de arriba donde él vivía, y lo acostó en su lecho;

20.después clamó a Yahveh diciendo: «Yahveh, Dios mío, ¿es que también vas a hacer mal a la viuda en cuya casa me hospedo, haciendo morir a su hijo?»

21.Se tendió tres veces sobre el niño, invocó a Yahveh y dijo: «Yahveh, Dios mío, que vuelva, por favor, el alma de este niño dentro de él.»

22.Yahveh escucho la voz de Elías, y el alma del niño volvió a el y revivió.

23.Tomó Elías al niño, lo bajó de la habitación de arriba de la casa y se lo dio a su madre. Dijo Elías: «Mira, tu hijo vive.»

24.La mujer dijo a Elías: «Ahora sí que he conocido bien que eres un hombre de Dios, y que es verdad en tu boca la palabra de Yahveh.»

Primer Libro de Los Reyes, capítulo 16 | Biblia Católica en Línea

 

1 de Reyes, capítulo 16
 


1 de Reyes 16 - Biblia Católica

1.Fue dirigida la palabra de Yahveh a Jehú, hijo de Jananí, contra Basá diciendo:


2.«Por cuanto te he levantado del polvo y te he puesto como jefe de mi pueblo Israel, pero tú has ido por el camino de Jeroboam y has hecho pecar a mi pueblo Israel irritándome con sus pecados,


3.voy a barrer a Basá y a su casa y voy a hacer tu casa parecida a la casa de Jeroboam, hijo de Nebat.


4.Los de Basá que mueran en la ciudad serán comidos por los perros, y a los que mueran en el campo los comerán las aves del cielo.»


5.El resto de los hechos de Basá, todo cuanto hizo y su bravura, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?


6.Basá se acostó con sus padres y le sepultaron en Tirsá. Reinó en su lugar su hijo Elá.


7.Fue dirigida la palabra de Yahveh por boca del profeta Jehú, hijo de Jananí, contra Basá y contra su casa por todo el mal que hizo a los ojos de Yahveh, irritándole con sus obras, hasta hacerse semejante a la casa de Jeroboam, y también por haber exterminado a ésta.


8.El año veintiséis de Asá, rey de Judá, comenzó a reinar Elá, hijo de Basá, sobre Israel en Tirsá, y reinó dos años.


9.Su servidor Zimrí, jefe de la mitad de los carros, conspiró contra él, cuando estaba en Tirsá bebiendo hasta emborracharse, en casa de Arsá, que estaba al frente de la casa de Tirsá.


10.Entró Zimrí y le hirió matándole el año veintisiete de Asá, rey de Judá, y reinó en su lugar.


11.Cuando se hizo rey, apenas sentado sobre su trono, mató a toda la familia de Basá, sin dejar ningún varón ni pariente ni amigo.


12.Zimrí exterminó a toda la casa de Basá según la palabra que Yahveh dijo a Basá por boca del profeta Jehú,


13.por todos los pecados que Basá y Elá, su hijo, cometieron e hicieron cometer a Israel provocando con sus vanos ídolos la indignación de Yahveh, Dios de Israel.


14.El resto de los hechos de Elá, todo cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?


15.El año veintisiete de Asá, rey de Judá, reinó Zimrí siete días en Tirsá. El pueblo estaba acampado en Guibbetón de los filisteos.


16.Las tropas acampadas oyeron decir: «Ha conspirado Zimrí y ha llegado a matar al rey», y aquel mismo día todo Israel proclamó en el campamento a Omrí, jefe del ejército, como rey de Israel.


17.Omrí y todo Israel con él subieron de Guibbetón y pusieron sitió a Tirsá.


18.Cuando Zimrí vio que la ciudad iba a ser tomada, entró en la ciudadela de la casa del rey, prendió fuego sobre sí a la casa del rey y murió,


19.a causa del pecado que cometió haciendo el mal a los ojos de Yahveh, yendo por el camino de Jeroboam y por el pecado que hizo cometer a Israel.


20.El resto de los hechos de Zimrí y la conjuración que tramó, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?


21.Entonces el pueblo de Israel se dividió en dos mitades; una mitad del pueblo siguió a Tibní, hijo de Guinat, para hacerle rey; la otra mitad a Omrí.


22.El pueblo que seguía a Omrí prevaleció sobre el pueblo que seguía a Tibní, hijo de Guinat; Tibní murió y reinó Omrí.


23.El año 31 de Asá, rey de Judá, comenzó a reinar Omrí sobre Israel y reinó doce años. Reinó seis años en Tirsá.


24.Compró la montaña de Samaría a Sémer por dos talentos de plata, fortificó el monte, y a la ciudad que él había construido puso por nombre Samaría, del nombre de Semer, dueño del monte.


25.Omrí hizo el mal a los ojos de Yahveh y fue peor que cuantos le precedieron.


26.Fue en todo por el camino de Jeroboam, hijo de Nebat, y por el pecado que hizo cometer a Israel irritando a Yahveh, Dios de Israel, con sus vanos ídolos.


27.El resto de los hechos de Omrí, cuanto hizo y su bravura ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?


28.Se acostó Omrí con sus padres, y fue sepultado en Samaría. Reinó en su lugar su hijo Ajab.


29.Ajab, hijo de Omrí, comenzó a reinar en Israel el año 38 de Asá, rey de Judá. Ajab, hijo de Omrí, reinó sobre Israel en Samaría veintidós años.


30.Ajab, hijo de Omrí, hizo el mal a los ojos de Yahveh más que todos los que fueron antes que él.


31.Lo de menos fue haber seguido los pecados de Jeroboam, hijo de Nebat, sino que, además, tomó por mujer a Jezabel, hija de Ittobaal, rey de los sidonios, y se fue a servir a Baal postrándose ante él.


32.Alzó un altar a Baal en el santuario de Baal que edificó en Samaría.


33.Hizo Ajab el cipo y aumentó la indignación de Yahveh, Dios de Israel, más que todos los reyes de Israel que le precedieron.


34.En su tiempo Jiel de Betel reedificó Jericó. Al precio de Abirón, su primogénito, puso los fundamentos, y al precio de su hijo menor Segub, puso las puertas, según la palabra que dijo Yahveh por boca de Josué, hijo de Nun.

Primer Libro de Los Reyes, capítulo 15 | Biblia Católica en Línea

1 de Reyes, capítulo 15
 


1 de Reyes 15 - Biblia Católica

1.El año dieciocho del rey Jeroboam, hijo de Nebat, comenzó a reinar Abiyyam sobre Judá.

2.Reinó tres años en Jerusalén; el nombres de su madre era Maaká, hija de Absalón.

3.Siguió en todo los pecados que su padre había hecho antes de él, y su corazón no fue por entero de Yahveh su Dios, como el corazón de David su padre.

4.Pero en atención a David, le dio Yahveh su Dios una lámpara en Jerusalén, suscitando a su hijo después de él y manteniendo en pie a Jerusalén,

5.porque David había hecho lo que era recto a los ojos de Yahveh y no se había apartado de cuanto le ordenó en todos los días de su vida, salvo en el caso de Urías el hitita.

7.El resto de los hechos de Abiyyam, todo cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? Hubo guerra entre Abiyyam y Jeroboam.

8.Se acostó Abiyyam con sus padres y le sepultaron en la ciudad de David. Reinó en su lugar su hijo Asá.

9.El año veinte de Jeroboam, rey de Israel, commenzó a reinar Asá en Judá.

10.Reinó 41 años en Jerusalén; su abuela se llamaba Maaká, hija de Absalón.

11.Asá hizo lo recto a los ojos de Yahveh, como David su padre.


12.Expulsó de la tierra a los consagrados a la prostitución, y quitó todos los ídolos que sus padres habían hecho.


13.Incluso llegó a quitar a su abuela Maaká el título de Gran Dama porque había hecho un Horror para Aserá. Asá abatió este Horror y lo quemó en el torrente Cedrón.


14.Pero no desaparecieron los altos, aunque el corazón de Asá estuvo del todo con Yahveh toda su vida.


15.Llevó a la Casa de Yahveh las ofrendas consagradas por su padre y sus propias ofrendas, plata, oro y utensilios.


16.Hubo guerra entre Asá y Basá, rey de Israel, toda su vida.


17.Basá, rey de Israel, subió contra Judá y fortificó Ramá, para cortar las communicaciones a Asá, rey de Judá.


18.Sacó entonces Asá toda la plata y el oro que quedaban en los tesoros de la Casa de Yahveh y en los tesoros de la casa del rey, se lo dio a sus servidores y los envió a Ben Hadad, hijo de Tabrimmón, hijo de Jezyón, rey de Aram, que habitaba en Damasco, diciendo:


19.«Haya alianza entre nosotros como entre mi padre y tu padre. Te envío un presente de plata y oro. Anda, rompe tu alianza con Basá, rey de Israel, para que se aleje de mí.»


20.Ben Hadad escuchó al rey Asá y envió a los jefes de su ejército contra las ciudades de Israel, conquistando Iyyón, Dan y Abel Bet Maaká, todo el Kinerot y todo el país de Neftalí.


21.Cuando Basá lo supo suspendió las fortificaciones de Ramá y se volvió a Tirsá.


22.El rey Asá convocó a todo Judá sin excepción. Se llevaron la piedra y la madera con que Basá fortificaba Ramá, y el rey Asá fortificó con ellas Gueba de Benjamín y Mispá.


23.El resto de los hechos de Asá, toda su bravura y cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? Sólo que en su ancianidad enfermó de los pies.


24.Asá se acostó con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre David. Reinó después de él su hijo Josafat.


25.Nadab, hijo de Jeroboam, comenzó a reinar en Israel el año segundo de Asá, rey de Judá, y reinó dos años sobre Israel.


26.Hizo el mal a los ojos de Yahveh, y anduvo por el camino de su padre y en el pecado con que hizo pecar a Israel.


27.Basá, hijo de Ajías, de la casa de Isacar, conspiró contra él y le mató en Guibbetón de los filisteos, cuando Nadab y todo Israel estaban asediando a Guibbetón.


28.Basá le hizo morir el año tercero de Asá, rey de Judá, y reinó en su lugar.


29.Cuando se hizo rey, mató a toda la casa de Jeroboam, no dejó a nadie de los de Jeroboam con vida, hasta exterminarlos según la palabra que Yahveh había dicho por boca de su siervo el profeta Ajías de Silo,


30.por los pecados que Jeroboam cometió e hizo cometer a Israel y con los que provocó la irritación de Yahveh, Dios de Israel.


31.El resto de los hechos de Nadab y todo cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel?


33.El año tercero de Asá, rey de Judá, comenzó a reinar Basá, hijo de Ajías, sobre todo Israel en Tirsá; reinó veinticuatro años.


34.Hizo el mal a los ojos de Yahveh y fue por el camino de Jeroboam y por el pecado con que hizo pecar a Israel.

Primer Libro de Los Reyes, capítulo 14 | Biblia Católica en Línea

1 de Reyes, capítulo 14
 


1 de Reyes 14 - Biblia Católica

1.Por aquel tiempo cayó enfermo Abías, hijo de Jeroboam.

2.Dijo Jeroboam a su mujer: «Levántate y disfrázate para que no se sepa que eres la mujer de Jeroboam, y vete a Silo, pues estará allí el profeta Ajías, el que me predijo que yo reinaría sobre este pueblo.

3.Toma en tus manos diez panes, tortas y un tarro de miel, y entra donde él; él te revelará qué será del niño.»

4.Así lo hizo la mujer de Jeroboam: se levantó, se fue a Silo, y entró en la casa de Ajías. Ajías no podía ver porque sus pupilas se habían quedado rígidas a causa de su vejez,

5.pero Yahveh había dicho a Ajías: «Mira, la mujer de Jeroboam viene a pedirte un oráculo acerca de su hijo que está enfermo. Esto y esto le dirás. Cuando ella entre, se hará pasar por otra.»

6.En oyendo Ajías el ruido de sus pasos, cuando entraba por la puerta, dijo: «Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué quieres pasar por otra? Tengo un duro mensaje para ti.

7.Vete a decir a Jeroboam: "Así dice Yahveh, Dios de Israel: Por cuanto te levanté de en medio del pueblo y te puse como caudillo de mi pueblo Israel,

8.arranqué el reino de la casa de David para dártelo a ti, pero tú no has sido como mi siervo David que guardó mis mandamientos y me siguió con todo su corazón haciendo sólo lo que es recto a mis ojos,

9.mientras que tú has hecho más mal que todos los que fueron antes que tú, y has ido a hacerte otros dioses, imágenes fundidas, para irritarme, y me has arrojado detrás de tus espaldas,

10.por esto, voy a hacer venir el mal sobre la casa de Jeroboam y quitaré a Jeroboam todos los varones, esclavos o libres en Israel, barreré a fondo la casa de Jeroboam como se barre del todo la basura.

11.Los de Jeroboam que mueran en la ciudad serán comidos por los perros, y los que mueran en el campo, serán comidos por las aves del cielo, porque ha hablado Yahveh."

12.Cuanto a ti, levántate y vete a tu casa; cuando tus pies entren en la ciudad, morirá el niño.

13.Todo Israel le llorará y le darán sepultura. Este tan sólo de los de Jeroboam entrará en el sepulcro, porque de la casa de Jeroboam sólo en él se ha hallado algo bueno ante Yahveh, Dios de Israel.

14.Yahveh se suscitará un rey sobre Israel que exterminará la casa de Jeroboam.

15.Yahveh golpeará a Israel como las aguas agitan una caña, y arrojará a Israel de esta tierra buena que dio a sus padres, y los dispersará al otro lado del Río, porque hicieron sus cipos que irritaban a Yahveh.

16.Y entregará a Israel a causa de los pecados que cometió Jeroboam e hizo cometer a Israel.»

17.La mujer de Jeroboam se levantó, se fue y entró en Tirsá; y cuando ella entraba en el umbral de su casa, había muerto el niño.

18.Le dieron sepultura y todo Israel hizo duelo según la palabra que Yahveh había dicho por boca de su siervo, el profeta Ajías.

19.El resto de los hechos de Jeroboam, cómo guerreó y cómo reinó, están escritos en el libro de los Anales de los reyes de Israel.

20.El tiempo que reinó Jeroboam fueron veintidós años y se acostó con sus padres. Reinó en su lugar su hijo Nadab.

21.Roboam, hijo de Salomón, reinó en Judá; tenía 41 años Roboam cuando comenzó a reinar y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que había elegido Yahveh de entre todas las tribus de Israel para poner en ella su Nombre. El nombre de su madre era Naamá, ammonita.

22.Judá hizo el mal a los ojos de Yahveh. Irritaron su celo más que lo hicieron sus padres por los pecados que cometían:

23.también ellos se construyeron altos, estelas y cipos en toda colina elevada y bajo todo árbol frondoso.

24.Hasta consagrados a la prositución hubo en la tierra. Hicieron todas las abominaciones de las gentes que Yahveh había arrojado de delante de los israelitas.

25.El año quinto del rey Roboam, Sosaq, rey de Egipto, subió contra Jerusalén

26.y se apoderó de los tesoros de la Casa de Yahveh y de los tesoros de la casa del rey; de todo se apoderó. Y, como llevó todos los escudos de oro que había hecho Salomón,

27.el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, que confió a los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey.

28.Cuando el rey entraba en la Casa de Yahveh, la guardia los llevaba y después los devolvía a la sala de la guardia.

29.El resto de los hechos de Roboam, todo cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá?

30.Hubo guerra continua entre Roboam y Jeroboam.

31.Roboam se acostó con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David. Reinó en su lugar su hijo Abiyyam.

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