Chick-fil-A, la cadena norteamericana de comida rápida, enfrenta un veto por parte de un aeropuerto norteamericano debido a la posición del restaurante con respecto a la ideología de género. La empresa ha expresado su apoyo a causas y organizaciones que son consideradas "conservadoras", como asociaciones que defienden el matrimonio exclusivo entre un hombre y una mujer.
Think Progress, un portal con una política editorial a favor de los derechos LGBT denunció que Chick-fil-A había donado 1.8 millones de dólares en 2017 a dos organizaciones de corte religioso que apoyan una agenda considerada "homofóbica" y que además están en contra de la interrupción legal del embarazo.
Según Think Progress, la cadena de ventas de alimentos donó este dinero a organizaciones como Fellowship of Christian Athletes y el Salvation Army, ambas de corte religioso evangélico que se oponen al "matrimonio igualitario" y tienen una agenda anti-LGBTQ.
La empresa que administra el Buffalo Niagara International Airport dio a conocer que no quieren relaciones comerciales de ningún tipo con compañías que estén en contra de los "derechos humanos" de las mujeres y las minorías, por lo que será negada la concesión a Chick-fil-A
Esto ocurre apenas días después de que el Consejo de la Ciudad de San Antonio, Texas, también votara 6 contra 4 a favor de vetar a Chick-fil-A del aeropuerto de la ciudad.
Chick-fil-A lanzó un comunicado corporativo donde afirma que si bien su fundación dona dinero a distintas causas, la empresa con más de 145,000 empledos abraza a las personas de todas las procedencias y creencias, "sin importar su religión, raza, género, origen étnico, orientación sexual o identidad de género".
"Sugerir que nuestros esfuerzos para apoyar a estas organizaciones se centraron en la supresión de un grupo de personas es engañoso e inexacto", declaró la empresa especializada sándwiches de pollo.
"Es bien sabido que nuestro fundador S. Truett Cathy utilizó los principios bíblicos para guiar nuestro negocio en sus etapas formativas, y que aún hoy mantenemos esos mismos principios", añadieron.
En 2012 esta misma compañía ya se había visto envuelta en un escándalo de este tipo, y en aquel tiempo colectivos LGBT organizaron "maratones de besos" entre personas del mismo sexo a las afueras de las sucursales.
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