El Papa aceptó la renuncia del Obispo que niega apariciones de Medjugorje.

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El Papa Francisco nombró a un nuevo obispo para la diócesis de Mostar-Duvno, en Bosnia y Herzegovina, diócesis que abarca la jurisdicción del lugar donde se dieron las supuestas apariciones de la Virgen María, Medjugorje. El nuevo obispo es Petar Palic, un croata de 48 años, quien reemplazará por límite de edad a monseñor Ratko Peric, quien era famoso por negar la veracidad de las apariciones en Medjugorje.

Medjugorje, es uno de los temas en el centro del debate dentro de la Iglesia, pues mientras muchos fieles laicos y religiosos aseguran que la mismísima Virgen comenzó a aparecer en esa zona hace 39 años, muchos otros también niegan las apariciones, como era el caso de Monseñor Peric.

Frente a esto, el Vaticano constituyó una comisión guiada por el cardenal Camillo Ruini para la cual las primeras siete apariciones serían verdaderas mientras las dudas persisten sobre aquellas que los videntes sostienen que se han reiterado todos estos años.

A pesar de esto, Peric nunca ocultó su negación y escribió un artículo titulado "Las “apariciones” de los primeros siete días en Medjugorje", con que el intentó desmantelar el fenómeno sin antes generar polémica por sus dichos entre los fieles y creyentes.

“La posición de esta Curia por todo este periodo ha sido clara y resuelta: no se trata de verdaderas apariciones de la Beata Virgen María”, expresó.

A su vez, fundamentó su determinación: "Si la verdadera Virgen, Madre de Jesús, no se apareció (como de hecho no sucedió), entonces hay que aplicar a todo las siguientes fórmulas: “presuntos videntes”, “presuntos mensajes”, “presunto signo visible” y “llamados secretos”".

La figura femenina que se habría aparecido en Medjugorje "se comporta de manera completamente diferente de la verdadera Virgen, Madre de Dios, en las apariciones reconocidas hasta ahora como auténticas por la Iglesia", sentencia el obispo.

Tras lo cual, añadió: "Normalmente no habla primero; ríe de manera extraña; ante ciertas preguntas desaparece y después vuelve; obedece a los “videntes” y al párroco que la hacen bajar de la colina a la iglesia contra su voluntad. No sabe con certeza por cuánto tiempo aparecerá; permite que algunos presentes pisoteen su velo extendido por el suelo, que toquen su vestido y su cuerpo. Esta no es la Virgen evangélica"

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