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Números 17 | Biblia Católica en Línea

                   


Números 17

1.Habló Yahveh a Moisés y le dijo:

2.«Di a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, que saque los incensarios de entre las cenizas y esparza el fuego a distancia,

3.porque esos incensarios de pecado están consagrados a precio de la vida de esos hombres. Haced con ellos láminas de metal, para cubrir el altar, pues fueron presentados a Yahveh y consagrados. Serán una señal para los israelitas.»

4.Tomó el sacerdote Eleazar los incensarios de bronce que habían presentado los que fueron abrasados, y los laminó con destino al altar.

5.Sirven para recordar a los israelitas que no se acerque ningún laico, que no sea de la descendencia de Aarón, a ofrecer el incienso delante de Yahveh; no le ocurra lo que a Coré y a su cuadrilla, según se lo había dicho Yahveh por medio de Moisés.

6.Al día siguiente, murmuró toda la comunidad de los israelitas contra Moisés y Aarón, diciendo: «Vosotros habéis matado al pueblo de Yahveh.»

7.Como se amotinaba la comunidad contra Moisés y Aarón, se volvieron éstos hacia la Tienda del Encuentro. Y vieron que la Nube la había cubierto y se había aparecido la gloria de Yahveh.

8.Moisés y Aarón se llegaron hasta delante de la Tienda del Encuentro.

9.Yahveh habló a Moisés y le dijo:

10.«Alejaos de esa comunidad, que voy a consumirlos en un instante.» Ellos cayeron rostro en tierra.

11.Dijo entonces Moisés a Aarón: «Toma el incensario, ponle fuego del que hay sobre el altar, echa incienso y vete rápidamente donde la comunidad a expiar por ellos. Porque ha salido ya la Cólera de la presencia de Yahveh y ha comenzado la Plaga.»

12.Aarón lo tomó como le había dicho Moisés y corrió a ponerse en medio de la asamblea; la Plaga había comenzado ya en el pueblo. Echó el incienso e hizo la expiación por el pueblo.

13.Se plantó entre los muertos y los vivos, y la Plaga se detuvo.

14.Los muertos por aquella plaga fueron 14.700, sin contar los que murieron por causa de Coré.

15.Luego Aarón se volvió donde Moisés a la puerta de la Tienda del Encuentro: había cesado ya la Plaga.

16.Habló Yahveh a Moisés y le dijo:

17.«Habla a los israelitas. Que te den una rama por cada familia paterna: que entre todos los principales, en representación de sus familias paternas, de den doce ramas. Y escribe el nombre de cada uno en su rama.

18.En la rama de Leví escribe el nombre de Aarón, pues ha de haber también una rama para el jefe de la familia de Leví.

19.Las depositarás en la Tienda del Encuentro, delante del Testimonio, donde me suelo manifestar a ti.

20.El hombre cuya rama retoñe, será el que yo elijo. Así dejarán de llegar hasta mí las murmuraciones que los israelitas profieren contra vosotros.»

21.Moisés habló a los israelitas, y cada uno de los principales le dio una rama, doce ramas, en representación de todas las familias paternas. Entre sus ramas estaba también la rama de Aarón.

22.Moisés depositó las ramas delante de Yahveh en la Tienda del Testimonio.

23.Al día siguiente, cuando entró Moisés en la Tienda del Testimonio, vio que había retoñado la rama de Aarón, por la casa de Leví: le habían brotado yemas, había florecido y había producido almrendras.

24.Moisés sacó todas las ramas de la presencia de Yahveh, ante los israelitas; las vieron, y tomarón cada uno su rama.

25.Entonces dijo Yahveh a Moisés: «Vuelve a poner la rama de Aarón delante del Testimonio, para guardarla como señal para los rebeldes: acabará con las murmuraciones, que no llegarán ya hasta mí, y así no morirán.»

26.Moisés lo hizo así; como le había mandado Yahveh lo hizo.

27.Dijeron los israelitas a Moisés: «¡Estamos perdidos! ¡Hemos perecido! ¡Todos hemos perecido!

28.Cualquiera que se acerca a la Morada de Yahveh, muere. ¿Es que vamos a perecer hasta no quedar uno?»

Números 16 | Biblia Católica en Línea

                  


Números 16

1.Coré, hijo de Yishar, hijo de Quehat, hijo de Leví, Datán y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Pélet, hijos de Rubén, se enorgullecieron,

2.y se alzaron contra Moisés junto con 250 israelitas, principales de la comunidad, distinguidos en la asamblea, personajes famosos.

3.Se amotinaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: «Esto ya pasa de la raya. Toda la comunidad entera, todos ellos están consagrados y Yahveh está en medio de ellos. ¿Por qué, pues, os encumbráis por encima de la asamblea de Yahveh?»

4.Lo oyó Moisés y cayó rostro en tierra.

5.Dijo luego a Coré y a toda su cuadrilla: «Mañana por la mañana hará saber Yahveh quién es el suyo, quién es el consagrado y le dejará acercarse. Al que Yahveh haya elegido le dejará acercarse.

6.Mirad, pues, lo que habéis de hacer: Tomad los incensarios de Coré y de toda su cuadrilla,

7.ponedles fuego y mañana les echaréis incienso ante Yahveh. Aquel a quien elija Yahveh, será el consagrado; ¡esto ya pasa de la raya, hijos de Leví!»

8.Dijo Moisés a Coré: «Oídme, hijos de Leví.

9.¿Os parece poco que el Dios de Israel os haya apartado de la comunidad de Israel para ponerlos junto a sí, prestar el servicio a la Morada de Yahveh y estar al frente de la comunidad atendiendo al culto en lugar de ella?

10.Te ha puesto junto a sí, a ti y a todos tus hermanos, los hijos de Leví, y ¡todavía se os ha antojado el sacerdocio!

11.Por eso, contra Yahveh os habéis amotinado, tú y toda tu cuadrilla; porque ¿quién es Aarón, para que murmuréis contra él?»

12.Mandó Moisés llamar a Datán y Abirón, hijos de Eliab. Pero ellos respondieron: «No queremos ir.

13.¿Te parece poco habernos sacado de una tierra que mana leche y miel para hacernos morir en el desierto, que todavía te eriges como príncipe sobre nosotros?

14.No nos has traído a ningún país que mana leche y miel, ni nos has dado una herencia de campos y vergeles. ¿Pretendes cegar los ojos de estos hombres? ¡No iremos!»

15.Moisés se enojó mucho y dijo a Yahveh: «No mires a su oblación. Yo no les he quitado ni un solo asno, ni le he hecho mal a ninguno de ellos.»

16.Dijo Moisés a Coré: «Tú y toda tu cuadrilla presentaos mañana delante de Yahveh: tú, ellos y Aarón.

17.Que tome cada uno su incensario, le ponga incienso y lo presente delante de Yahveh; cada uno su incensario: 250 incensarios en total. Tú también, y Aarón, presentad cada uno vuestro incensario.»

18.Tomaron cada uno su incensario, le pusieron fuego, le echaron incienso y se presentaron a la entrada de la Tienda del Encuentro, lo mismo que Moisés y Aarón.

19.Coré convocó ante éstos a toda la comunidad a la puerta de la Tienda del Encuentro y se apareció la gloria de Yahveh a toda la comunidad.

20.Habló Yahveh a Moisés y Aarón y les dijo:

21.«Apartaos de esa comunidad, que los voy a devorar en un instante.»

22.Ellos cayeron rostro en tierra y clamaron: «Oh Dios, Dios de los espíritus de toda carne: un solo hombre ha pecado, ¿y te enojas con toda la comunidad?»

23.Respondió Yahveh a Moisés:

24.«Habla a esa comunidad y diles: Alejaos de los alrededores de la morada de Coré.»

25.Se levantó Moisés y fue donde Datán y Abirón; los ancianos de Israel le siguieron.

26.Y habló a la comunidad diciendo: «Apartaos, por favor, de las tiendas de estos hombres malvados, y no toquéis nada de cuanto les pertenece, no sea que perezcáis por todos sus pecados.»

27.Ellos se apartaron de los alrededores de la morada de Coré. Datán y Abirón habían salido y estaban a la puerta de sus tiendas, con sus mujeres, hijos y pequeñuelos.

28.Moisés dijo: «En esto conoceréis que Yahveh me ha enviado para hacer todas estas obras, y que no es ocurrencia mía:

29.si mueren estos hombres como muere cualquier mortal, alcanzados por la sentencia común a todo hombre, es que Yahveh no me ha enviado.

30.Pero si Yahveh obra algo portentoso, si la tierra abre su boca y los traga con todo lo que les pertenece, y bajan vivos al seol, sabréis que esos hombres han rechazado a Yahveh.

31.Y sucedió que, nada más terminar de decir estas palabras, se abrió el suelo debajo de ellos;

32.la tierra abrió su boca y se los tragó, con todas sus familias, así como a todos los hombres de Coré, con todos sus bienes.

33.Bajaron vivos al seol con todo lo que tenían. Los cubrió la tierra y desaparecieron de la asamblea.

34.A sus gritos huyeron todos los israelitas que estaban a su alrededor, pues se decían: «No vaya a tragarnos la tierra.»

35.Brotó fuego de Yahveh, que devoró a los 250 hombres que habían ofrecido el incienso.

Números 15 | Biblia Católica en Línea

                 


Números 15

1.Habló Yahveh a Moisés y le dijo:

2.«Habla a los israelitas y diles: Cuando entréis en la tierra que yo os daré por morada,

3.y ofrezcáis manjares abrasados a Yahveh en holocausto o sacrificio, para cumplir un voto, o como ofrenda voluntaria o con acasión de vuestras fiestas, ofreciendo así, de vuestros bueyes u ovejas, calmante aroma para Yahveh,

4.el oferente presentará, para su ofrenda a Yahveh, una oblación de una décima de flor de harina amasada con un cuarto de sextario de aceite.

5.Harás una libación de un cuarto de sextario de vino por cada cordero, además del holocausto o sacrificio.

6.Si es un carnero, la oblación será de dos décimas de flor de harina amasada con un tercio de sextario de aceite,

7.y la libación, de un tercio de sextario de vino, que ofrecerás como calmante aroma para Yahveh.

8.Y si ofreces a Yahveh un novillo en holocausto o sacrificio, para cumplir un voto, o como sacrificio de comunión,

9.se ofrecerá además del novillo una oblación de tres décimas de flor de harina amasada con medio sextario de aceite,

10.y una libación de medio sextario de vino, como manjar abrasado de calmante aroma para Yahveh.

11.Así se hará con nada novillo y con las reses menores, cordero o cabrito.

12.Haréis así con cada uno de los que inmoléis, con tantos como hubiere.

13.Así hará todo hombre de vuestro pueblo, cuando ofrezca un manjar abrasado como calmante aroma para Yahveh.

14.Si reside entre vosotros o entre vuestros descendientes un forastero, y ofrece un manjar abrasado como calmante aroma para Yahveh, lo mismo que vosotros hará

15.la asamblea. No habrá más que una norma para vosotros y para el forastero residente. Es decreto perpetuo para vuestros descendientes: igual será delante de Yahveh para vosotros que para el forastero.

16.Una sola ley y una sola norma regirá para vosotros y para el forastero que reside entre vosotros.»

17.Yahveh habló así a Moisés:

18.«Habla a los israelitas y diles: Cuando entréis en la tierra a la que os voy a llevar,

19.y comáis el pan del país, reservaréis primero la ofrenda para Yahveh.

20.Como primicias de vuestra molienda reservaréis como ofrenda una torta; la reservaréis igual que se hace en la era.

21.Reservaréis a Yahveh una ofrenda de las primicias de vuestra molienda, por todas vuestras generaciones.

22.«Cuando por inadvertencia no cumpláis alguno de estos preceptos que Yahveh ha comunicado a Moisés,

23.algo de lo que os ha mandado Yahveh por medio de Moisés, desde que Yahveh lo ordenó en adelante, por todas vuestras generaciones,

24.en el caso de que la inadvertencia se haya cometido por descuido de la comunidad, toda la comunidad ofrecerá un novillo en holocausto, como calmante aroma para Yahveh, con su correspondiente oblación y libación según costumbre, y un macho cabrío en sacrificio por el pecado.

25.El sacerdote expiará por toda la comunidad de los israelitas, y se les perdonará, porque ha sido un descuido. Cuando presenten sus ofrendas, como manjar abrasado a Yahveh, y su sacrificio por el pecado delante de Yahveh por su descuido,

26.se le perdonará a la comunidad de los israelitas y al forastero que reside entre ellos, pues el pueblo entero lo ha hecho por inadvertencia.

27.En el caso de que una sola persona haya pecado por inadvertencia, ofrecerá en sacrificio por el pecado una cabrita de un año.

28.El sacerdote expiará delante de Yahveh por la persona que se ha descuidado con ese pecado de inadvertencia; cuando se haga expiación por ella, se le perdonará,

29.lo mismo al ciudadano israelita que al forastero residente entre vosotros: no tendréis más que una sola ley para el que obra por inadvertencia.

30.Pero el que obra con descaro, sea ciudadano o forastero, ultraja a Yahveh. Tal individuo será extirpado de su pueblo,

31.por haber despreciado la palabra de Yahveh, quebrantado su mandato. Será exterminado tal individuo: su pecado pesa sobre él.»

32.Cuando los israelitas estaban en el desierto, se encontró a un hombre que andaba buscando leña en día de sábado.

33.Los que lo encontraron buscando leña, lo presentaron a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad.

34.Le pusieron bajo custodia, porque no estaba determinado lo que había que hacer con él.

35.Yahveh dijo a Moisés: «Que muera ese hombre. Que lo apedree toda la comunidad fuera del campamento.»

36.Lo sacó toda la comunidad fuera del campamento y lo apedrearon hasta que murió, según había mandado Yahveh a Moisés.

37.Yahveh dijo a Moisés:

38.«Habla a los israelitas y diles que ellos y sus descendientes se hagan flecos en los bordes de sus vestidos, y pongan en el fleco de sus vestidos un hilo de púrpura violeta.

39.Tendréis, pues flecos para que, cuando los veáis, os acordéis de todos los preceptos de Yahveh. Así los cumpliréis y no seguiréis los caprichos de vuestros corazones y de vuestros ojos, que os han arrastrado a prostituiros.

40.Así os acordaréis de todos mis mandamientos y los cumpliréis, y seréis hombres consagrados a vuestro Dios.

41.Yo, Yahveh, vuestro Dios, que os saqué de Egipto para ser Dios vuestro. Yo, Yahveh, vuestro Dios.

Números 14 | Biblia Católica en Línea

                


Números 14

1.Entonces toda la comunidad alzó la voz y se puso a gritar; y la gente estuvo llorando aquella noche.

2.Luego murmuraron todos los israelitas contra Moisés y Aarón, y les dijo toda la comunidad: «¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto! Y si no, ¡ojalá hubiéramos muerto en el desierto!

3.¿Por qué Yahveh nos trae a este país para hacernos caer a filo de espada y que nuestras mujeres y niños caigan en cautiverio? ¿No es mejor que volvamos a Egipto?»

4.Y se decían unos a otros: «Nombremos a uno jefe y volvamos a Egipto.»

5.Moisés y Aarón cayeron rostro en tierra delante de toda la asamblea de la comunidad de los israelitas.

6.Pero Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Yefunné, que eran de los que habían explorado el país, rasgaron sus vestiduras

7.y dijeron a toda la comunidad de los israelitas: «La tierra que hemos recorrido y explorado es muy buena tierra.

8.Si Yahveh nos es favorable, nos llevará a esa tierra y nos la entregará. Es una tierra que mana leche y miel.

9.No os rebeléis contra Yahveh, ni temáis a la gente del país, porque son pan comido. Se ha retirado de ellos su sombra, y en cambio Yahveh está con nosotros. No tengáis miedo.»

10.Toda la comunidad hablaba de apedrearlos, cuando la gloria de Yahveh se apareció en la Tienda del Encuentro, a todos los israelitas.

11.Y dijo Yahveh a Moisés: «¿Hasta cuándo me va a despreciar este pueblo? ¿Hasta cuándo van a desconfiar de mí, con todas las señales que he hecho entre ellos?

12.Los heriré de peste y los desheredaré. Pero a ti te convertiré en un pueblo más grande y poderoso que ellos.»

13.Moisés respondió a Yahveh: «Pero los egipcios saben muy bien que, con tu poder, sacaste a este pueblo de en medio de ellos.

14.Se lo han contado a los habitantes de este país. Estos se han enterado de que tú, Yahveh, estás en medio de este pueblo, y te das a ver cara a cara; de que tú, Yahveh, permaneces en tu Nube sobre ellos, y caminas delante de ellos de día en la columna de Nube, y por la noche en la columna de fuego.

15.Si haces perecer a este pueblo como un solo hombre, dirán los pueblos que han oído hablar de ti:

16.Yahveh, como no ha podido introducir a ese pueblo en la tierra que les había prometido con juramento, los ha matado en el desierto."

17.Muestra, pues, ahora tu poder, mi Señor, como prometiste diciendo:

18.Yahveh es tardo a la cólera y rico en bondad, tolera iniquidad y rebeldía; aunque nada deja sin castigo, castigando la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación."

19.Perdona, pues, la iniquidad de este pueblo conforme a la grandeza de tu bondad, como has soportado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.»

20.Dijo Yahveh: «Le perdono, según tus palabras.

21.Pero, vivo yo y la gloria de Yahveh llena toda la tierra,

22.que ninguno de los que han visto mi gloria y las señales que he realizado en Egipto y en el desierto, que me han puesto a prueba ya diez veces y no han escuchado mi voz,

23.verá la tierra que prometí con juramento a sus padres. No la verá ninguno de los que me han despreciado.

24.Pero a mi siervo Caleb, ya que fue animado de otro espíritu y me obedeció puntualmente, le haré entrar en la tierra donde estuvo, y su descendencia la poseerá.

25.El amalecita y el cananeo habitan en el llano. Mañana, volveos y partid para el desierto, camino del mar de Suf.»

26.Yahveh habló a Moisés y Aarón y dijo:

27.«¿Hasta cuándo esta comunidad perversa, que está murmurando contra mí? He oído las quejas de los israelitas, que están murmurando contra mí.

28.Diles: Por mi vida - oráculo de Yahveh - que he de hacer con vosotros lo que habéis hablado a mis oídos.

29.Por haber murmurado contra mí, en este desierto caerán vuestros cadáveres, los de todos los que fuisteis revistados y contados, de veinte años para arriba.

30.Os juro que no entraréis en la tierra en la que, mano en alto, juré estableceros. Sólo a Caleb, hijo de Yefunné y a Josué, hijo de Nun,

31.y a vuestros pequeñuelos, de los que dijisteis que caerían en cautiverio, los introduciré, y conocerán la tierra que vosotros habéis despreciado.

32.Vuestros cadáveres caerán en este desierto,

33.y vuestros hijos serán nómadas cuarenta años en el desierto, cargando con vuestra infidelidad, hasta que no falte uno solo de vuestros cadáveres en el desierto.

34.Según el número de los días que empleasteis en explorar el país, cuarenta días, cargaréis cuarenta años con vuestros pecados, un año por cada día. Así sabréis lo que es apartarse de mí.

35.Yo, Yahveh, he hablado. Eso es lo que haré con toda esta comunidad perversa, amotinada contra mí. En este desierto no quedará uno: en él han de morir.»

36.Los hombres que había enviado Moisés a explorar la tierra, que al volver habían incitado a toda la comunidad a murmurar contra él, poniéndose a hablar mal del país,

37.aquellos hombres que habían hablado mal del país, cayeron muertos delante de Yahveh.

38.En cambio, Josué, hijo de Nun, y Caleb, hijo de Yefunné, sobrevivieron de entre los hombres que habían ido a explorar la tierra.

39.Refirió Moisés estas palabras a todos los israelitas y se afligió mucho el pueblo.

40.Madrugaron y subieron a la cumbre del monte, diciendo: «Vamos a subir a ese lugar respecto del cual ha dicho Yahveh que hemos pecado.»

41.Moisés les respondió: «¿Por qué hacéis eso, pasando por encima de la orden de Yahveh? Eso no tendrá buen éxito.

42.No subáis, porque Yahveh no está en medio de vosotros, no vayáis a ser derrotados frente a vuestros enemigos.

43.Porque el amalecita y el cananeo están allí contra vosotros, y caeréis a filo de espada, pues después de haber abandonado vosotros a Yahveh, Yahveh no está con vosotros.»

44.Pero ellos se obstinaron en subir a la cumbre del monte. Ni el arca de la alianza de Yahveh, ni Moisés se movieron del campamento.

45.Bajaron los amalecitas y los cananeos que habitaban en aquella montaña, los batieron y los destrozaron hasta llegar a Jormá.

Números 13 | Biblia Católica en Línea

               


Números 13

1.Yahveh habló a Moisés y le dijo:

2.«Envía algunos hombres, uno por cada tribu paterna, para que exploren la tierra de Canaán que voy a dar a los israelitas. Que sean todos principales entre ellos.»

3.Los envió Moisés, según la orden de Yahveh, desde el desierto de Parán: todos ellos eran jefes de los israelitas.

4.Sus nombres eran éstos: por la tribu de Rubén, Sammúa, hijo de Zakkur;

5.por la tribu de Simeón, Safat, hijo de de Jorí;

6.por la tribu de Judá, Caleb, hijo de Yefunné;

7.por la tribu de Isacar, Yigal, hijo de José;

8.por la tribu de Efraím, Hosea, hijo de Nun;

9.por la tribu de Benjamín, Paltí, hijo de Rafú;

10.por la tribu de Zabulón, Gaddiel, hijo de Sodí;

11.por la tribu de José: por la tribu de Manasés, Gaddí, hijo de Susí;

12.por la tribu de Dan, Ammiel, hijo de Guemalí;

13.por la tribu de Aser, Setur, hijo de Miguel;

14.por la tribu de Neftalí, Najbí, hijo de Vafsí;

15.por la tribu de Gad, Gueuel, hijo de Makí.

16.Esos son los nombres de los que envió Moisés a explorar el país. Pero a Hosea, hijo de Nun, Moisés le llamo Josué.

17.Moisés los envió a explorar el país de Canaán, y les dijo: «Subid ahí al Négueb y después subiréis a la montaña.

18.Reconoced el país, a ver qué tal es, y el pueblo que lo habita, si es fuerte o débil, escaso o numeroso;

19.y qué tal es el país en que viven, bueno o malo; cómo son las ciudades en que habitan, abiertas o fortificadas;

20.y cómo es la tierra, fértil o pobre, si tiene árboles o no. Tened valor y traed algunos productos del país.» Era el tiempo de las primeras uvas.

21.Subieron y exploraron el país, desde el desierto de Sin hasta Rejob, a la Entrada de Jamat.

22.Subieron por el Négueb y llegaron hasta Hebrón, donde residían Ajimán, Sesay y Talmay, los descendientes de Anaq. Hebrón había sido fundada siete años antes que Tanis de Egipto.

23.Llegaron al Valle de Eskol y cortaron allí un sarmiento con un racimo de uva, que transportaron con una pértiga entre dos, y también granadas e higos.

24.Al lugar aquél se le llamó Valle de Eskol, por el racimo que cortaron allí los israelitas.

25.Al cabo de cuarenta días volvieron de explorar la tierra.

26.Fueron y se presentaron a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad de los israelitas, en el desierto de Parán, en Cadés. Les hicieron una relación a ellos y a toda la comunidad, y les mostraron los productos del país.

27.Les contaron lo siguiente: «Fuimos al país al que nos enviaste, y en verdad que mana leche y miel; éstos son sus productos.

28.Sólo que el pueblo que habita en el país es poderoso; las ciudades, fortificadas y muy grandes; hasta hemos visto allí descendientes de Anaq.

29.El amalecita ocupa la región del Négueb; el hitita, el amorreo y el jebuseo ocupan la montaña; el cananeo, la orilla del mar y la ribera del Jordán.»

30.Caleb acalló al pueblo delante de Moisés, diciendo: «Subamos, y conquistaremos el país, porque sin duda podremos con él.»

31.Pero los hombres que habían ido con él dijeron: «No podemos subir contra ese pueblo, porque es más fuerte que nosotros.»

32.Y empezaron a hablar mal a los israelitas del país que habían explorado, diciendo: «El país que hemos recorrido y explorado es un país que devora a sus propios habitantes. Toda la gente que hemos visto allí es gente alta.

33.Hemos visto también gigantes, hijos de Anaq, de la raza de los gigantes. Nosotros nos teníamos ante ellos como saltamontes, y eso mismo les parecíamos a ellos.»

Números 12 | Biblia Católica en Línea

              


Números 12

1.María y Aarón murmuraron contra Moisés por causa de la mujer kusita que había tomado por esposa: por haberse casado con una kusita.

2.Decían: «¿Es que Yahveh no ha hablado más que con Moisés? ¿No ha hablado también con nosotros?» Y Yahveh lo oyó.

3.Moisés era un hombre muy humilde, más que hombre alguno sobre la haz de la tierra.

4.De improviso, Yahveh dijo a Moisés, a Aarón y a María: «Salid los tres a la Tienda del Encuentro.» Y salieron los tres.

5.Bajó Yahveh en la columna de Nube y se quedó a la puerta de la Tienda. Llamó a Aarón y a María y se adelantaron los dos.

6.Dijo Yahveh: «Escuchad mis palabras: Si hay entre vosotros un profeta, en visión me revelo a él, y hablo con él en sueños.

7.No así con mi siervo Moisés: él es de toda confianza en mi casa;

8.boca a boca hablo con él, abiertamente y no enigmas, y contempla la imagen de Yahveh. ¿Por qué, pues, habéis osado hablar contra mi siervo Moisés?»

9.Y se encendió la ira de Yahveh contra ellos. Cuando se marchó,

10.y la Nube se retiró de encima de la Tienda, he aquí que María estaba leprosa, blanca como la nieve. Aarón se volvió hacia María y vio que estaba leprosa.

11.Y dijo Aarón a Moisés: «Perdón, Señor mío, no cargues sobre nosotros el pecado que neciamente hemos cometido.

12.Por favor, que no sea ella como quien nace muerto del seno de su madre, con la carne medio consumida.»

13.Moisés clamó a Yahveh diciendo: «Oh Dios, cúrala, por favor.»

14.Yahveh respondió a Moisés: «Si tu padre le hubiera escupido al rostro, ¿no tendría que pasar siete días de vergüenza? Que quede siete días fuera del campamento y luego sea admitida otra vez.

15.María quedó siete días excluida del campamento. Pero el pueblo no partió hasta que ella se reintegró.

16.Después el pueblo partió de Jaserot y acamparon en el desierto de Parán.

Números 11 | Biblia Católica en Línea

             


Números 11

1.El pueblo profería quejas amargas a los oídos de Yahveh, y Yahveh lo oyó. Se encendió su ira y ardió un fuego de Yahveh entre ellos y devoró un extremo del campamento.

2.El pueblo clamó a Moisés y Moisés intercedió ante Yahveh, y el fuego se apagó.

3.Por eso se llamó aquel lugar Taberá, porque había ardido contra ellos el fuego de Yahveh.

4.La chusma que se había mezclado al pueblo se dejó llevar de su apetito. También los israelitas volvieron a sus llantos diciendo: «¿Quién nos dará carne para comer?

5.¡Cómo nos acordamos del pescado que comíamos de balde en Egipto, y de los pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos!

6.En cambio ahora tenemos el alma seca. No hay de nada. Nuestros ojos no ven más que el maná.»

7.El maná era como la semilla del cilantro; su aspecto era como el del bedelio.

8.El pueblo se desparramaba para recogerlo; lo molian en la muela o lo majaban en el mortero; luego lo cocían en la olla y hacían con él tortas. Su sabor era parecido al de una torta de aceite.

9.Cuando, por la noche, caía el rocío sobre el campamento, caía también sobre él el maná.

10.Moisés oyó llorar al pueblo, cada uno en su familia, a la puerta de su tienda. Se irritó mucho la ira de Yahveh. A Moisés le pareció mal,

11.y le dijo a Yahveh: «¿Por qué tratas mal a tu siervo? ¿Por qué no he hallado gracia a tus ojos, para que hayas echado sobre mí la carga de todo este pueblo?

12.¿Acaso he sido yo el que ha concebido a todo este pueblo y lo ha dado a luz, para que me digas: "Llévalo en tu regazo, como lleva la nodriza al niño de pecho, hasta la tierra que prometí con juramento a sus padres?"

13.¿De dónde voy a sacar carne para dársela a todo este pueblo, que me llora diciendo: Danos carne para comer?

14.No puedo cargar yo solo con todo este pueblo: es demasiado pesado para mí.

15.Si vas a tratarme así, mátame, por favor, si he hallado gracia a tus ojos, para que no vea más mi desventura.»

16.Yahveh respondió a Moisés: «Reúneme setenta ancianos de Israel, de los que sabes que son ancianos y escribas del pueblo. Llévalos a la Tienda del Encuentro y que estén allí contigo.

17.Yo bajaré a hablar contigo; tomaré parte del espíritu que hay en ti y lo pondré en ellos, para que lleven contigo la carga del pueblo y no la tengas que llevar tú solo.

18.«Y al pueblo le dirás: Santificaos para mañana, que vais a comer carne, ya que os habéis lamentado a oídos de Yahveh, diciendo: "¿Quién nos dará carne para comer? Mejor nos iba en Egipto." Pues Yahveh os va a dar carne, y comeréis.

19.No un día, ni dos, ni cinco, ni diez ni veinte la comeréis,

20.sino un mes entero, hasta que os salga por las narices y os dé náuseas, pues habéis rechazado a Yahveh, que está en medio de vosotros, y os habéis lamentado en su presencia, diciendo: ¿Por qué salimos de Egipto?»

21.Moisés respondió: «El pueblo en que estoy cuenta 600,000 de a pie, ¿y tú dices que les darás carne para comer un mes entero?

22.Aunque se mataran para ellos rebaños de ovejas y bueyes, ¿bastaría acaso? Aunque se juntaran todos los peces del mar ¿habría suficiente?»

23.Pero Yahveh respondió a Moisés: «¿Es acaso corta la mano de Yahveh? Ahora vas a ver si vale mi palabra o no.»

24.Salió Moisés y transmitió al pueblo las palabras de Yahveh. Luego reunió a setenta ancianos del pueblo y los puso alrededor de la Tienda.

25.Bajó Yahveh en la Nube y le habló. Luego tomó algo del espíritu que había en él y se lo dio a los setenta ancianos. Y en cuanto reposó sobre ellos el espíritu, se pusieron a profetizar, pero ya no volvieron a hacerlo más.

26.Habían quedado en el campamento dos hombres, uno llamado Eldad y el otro Medad. Reposó también sobre ellos el espíritu, pues aunque no habían salido a la Tienda, eran de los designados. Y profetizaban en el campamento.

27.Un muchacho corrió a anunciar a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»

28.Josué, hijo de Nun, que estaba al servicio de Moisés desde su mocedad, respondió y dijo: «Mi señor Moisés, prohíbeselo.»

29.Le respondió Moisés: «¿Es que estás tú celoso por mí? ¡Quién me diera que todo el pueblo de Yahveh profetizara porque Yahveh les daba su espíritu!»

30.Luego Moisés volvió al campamento con los ancianos de Israel.

31.Se alzó un viento, enviado por Yahveh, que hizo pasar codornices del lado del mar, y las extendió sobre el campamento, en una extensión de una jornada de camino a uno y otro lado alrededor del campamento, y a una altura de dos codos por encima del suelo.

32.El pueblo se dedicó todo aquel día y toda la noche y todo el día siguiente a capturar las codornices. El que menos, reunió diez modios, y las tendieron alrededor del campamento.

33.Y todavía tenían la carne entre los dientes, todavía la estaban masticando, cuando se encendió la ira de Yahveh contra el pueblo, y lo hirió Yahveh con una plaga muy grande.

34.Se llamó a aquel lugar Quibrot Hattaavá, porque allí sepultaron a la muchedumbre de glotones.

35.De Quibrot Hattaavá partió el pueblo hacia Jaserot, y acamparon en Jaserot.

Números 10 | Biblia Católica en Línea

            


Números 10

1.Habló Yahveh a Moisés y le dijo:

2.«Hazte dos trompetas: las harás de plata maciza. Te servirán para convocar a la comunidad y dar la señal de mover el campamento.

3.Cuando suenen las dos, se reunirá junto a ti toda la comunidad, a la entrada de la Tienda del Encuentro.

4.Pero cuando suene una sola, se reunirán contigo los principales, jefes de millares de Israel.

5.Cuando toquéis a clamoreo, partirán los que acampan a oriente.

6.Cuando toquéis a clamoreo por segunda vez, partirán los campamentos que acampan al mediodía, Tocaréis a clamoreo para partir;

7.en cambio, para congregar la asamblea, tocaréis sin clamoreo.

8.Los hijos de Aarón, los sacerdotes, serán los que toquen las trompetas: este serán un decreto perpetuo para vosotros y para vuestra descendencia.

9.Cuando, ya en vuestra tierra, partáis para el combate contra un enemigo que os oprime, tocaréis las trompetas a clamoreo; así se acordará Yahveh, vuestro Dios, de vosotros, y seréis librados de vuestros enemigos.

10.En vuestros días de fiesta, solemnidades, neomenias, tocaréis las trompetas durante vuestros holocaustos y sacrificios de comunión. Así haréis que vuestro Dios se acuerde de vosotros. Yo, Yahveh, vuestro Dios.»

11.El año segundo, el mes segundo, el día veinte del mes, se levantó la Nube de encima de la Morada del Testimonio,

12.y los israelitas partieron, en orden de marcha, del desierto del Sinaí. La nube se detuvo en el desierto de Parán.

13.Partieron en vanguardia según la orden que Yahveh había dado a Moisés:

14.la bandera del campamento de los hijos de Judá en primer lugar, por cuerpos de ejército. Al frente de su tropa, iba Najsón, hijo de Aminadab;

15.al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Isacar, Natanael, hijo de Suar;

16.al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Zabulón, Eliab, hijo de Jelón.

17.Entonces fue desmontada la Morada y partieron los hijos de Guerson y los hijos de Merarí, llevando la Morada.

18.Partió luego la bandera del campamento de Rubén, por cuerpos de ejército: al frente de su tropa iba Elisur, hijo de Sedeur;

19.al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Simeón, Selumiel, hijo de Surisadday;

20.al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Gad, Elyasaf, hijo de Reuel.

21.Entonces partieron los quehatitas, que llevaban el santuario (la Morada se montaba antes de que llegaran).

22.Partió luego la bandera del campamento de los hijos de Efraím, por cuerpos de ejército; al frente de su tropa iba Elisamá, hijo de Ammihud.

23.Al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Manasés, Gamaliel, hijo de Pedahsur;

24.al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Benjamín, Abidán, hijo de Guideoní.

25.Luego, cerrando la marcha de todos los campamentos, partió la bandera del campamento de los hijos de Dan, por cuerpos de ejército. Al frente de su tropa iba Ajiézer, hijo de Ammisadday;

26.al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Aser, Paguiel, hijo de Okrán;

27.al frente de la tropa de la tribu de los hijos de Neftalí, Ajirá, hijo de Enán.

28.Este fue el orden de marcha de los israelitas, repartidos en cuerpos de ejército. Y así partieron.

29.Dijo Moisés a Jobab, hijo de Reuel el madianita, suegro de Moisés: «Nosotros partimos para el lugar del que ha dicho Yahveh: Os lo daré. Ven con nosotros y te trataremos bien, porque Yahveh ha prometido bienestar a Israel.»

30.El respondió: «No iré, sino que me volveré a mi tierra y a mi parentela.»

31.Moisés insistió: «Por favor, no os dejes; tú conoces los sitios donde acampar en el desierto; tú serás nuestros ojos.

32.Si vienes con nosotros, te haremos partícipe del bienestar con que Yahveh nos va a favorecer.»

33.Partieron del monte de Yahveh para hacer tres jornadas. El arca de la alianza de Yahveh iba delante de ellos los tres días de camino, buscándoles donde hacer alto.

34.La Nube de Yahveh iba de día sobre ellos, desde que dejaron el campamento.

35.Cuando partía el arca, decía Moisés: «Levántate, Yahveh, que tus enemigos se dispersen, huyan delante de ti los que te odian.»

36.Y cuando se detenía, decía: «Vuelve, Yahveh, a las miríadas de Israel.»

Números 9 | Biblia Católica en Línea

           


Números 9

1.Habló Yahveh a Moisés, en el desierto del Sinaí, el año segundo de la salida de Egipto, el mes primero, y le dijo:

2.«Que los israelitas celebren la Pascua a su tiempo.

3.La celebrarán el día catorce de este mes, entre dos luces, al tiempo debido. La celebrarán según todos sus preceptos y normas.»

4.Moisés dijo a los israelitas que celebraran la Pascua.

5.La celebraron en el desierto del Sinaí, el primer mes, el día catorce del mes, entre dos luces. Según había mandado Yahveh a Moisés lo hicieron los israelitas.

6.Pero sucedió que algunos hombres estaban impuros por contacto de cadáver humano y no podían celebrar la Pascua aquel día. Se presentaron a Moisés y Aarón el mismo día

7.y les dijeron: «Estamos impuros por contacto de cadáver humano. ¿Por qué hemos de quedar excluidos de presentar la ofrenda a Yahveh a su tiempo con los demás israelitas?»

8.Moisés les respondió: «Esperad, que voy a consultar lo que os manda Yahveh.»

9.Yahveh habló a Moisés y le dijo:

10.«Diles a los israelitas: Si uno de vosotros o de vuestros descendientes está impuro por cadáver, o está de viaje en tierra lejana, también celebrará la Pascua en honor de Yahveh.

11.La celebrarán el mes segundo, el día catorce, entre dos luces. La comerán con panes ázimos y hierbas amargas.

12.No dejarán nada para la mañana, ni le quebrantarán ningún hueso. Según todo el ritual de la Pascua la celebrarán.

13.Pero el que, encontrándose puro y no habiendo estado de viaje, deje de celebrar la Pascua, ese tal será extirpado de su pueblo. Ese hombre cargará con su pecado, por no haber presentado la ofrenda a Yahveh a su tiempo.

14.Y si un forastero reside entre vosotros y celebra la Pascua en honor de Yahveh, la celebrará según los preceptos y normas de la Pascua. Uno mismo será el ritual para vosotros, tanto para el forastero como para el nativo del país.»

15.El día en que se erigió la Morada, la Nube cubrió la Morada, la Tienda del Testimonio. Por la tarde se quedaba sobre la Morada, con aspecto de fuego, hasta la mañana.

16.Así sucedía permanentemente: la Nube la cubría y por la noche tenía aspecto de fuego.

17.Cuando se levantaba la Nube de encima de la Tienda, los israelitas levantaban el campamento, y en el lugar en que se paraba la Nube, acampaban los israelitas.

18.A la orden de Yahveh partían los israelitas y a la orden de Yahveh acampaban. Quedaban acampados todos los días que la Nube estaba parada sobre la Morada.

19.Si se detenía la Nube muchos días sobre la Morada, los israelitas cumplían con el culto de Yahveh y no partían.

20.En cambio, si la Nube estaba sobre la Morada pocos días, a la orden de Yahveh acampaban y a la orden de Yahveh partían.

21.Si la Nube estaba sobre la Morada sólo de la noche a la mañana, y por la mañana se alzaba, ellos partían. Si estaba un día y una noche y luego se elevaba, partían.

22.Si, en cambio, se detenía sobre la Morada dos días, o un mes, o un año, reposando sobre ella, los israelitas se quedaban en el campamento y no partían; pero en cuanto se elevaba, partían.

23.A la orden de Yahveh acampaban y a la orden de Yahveh movían el campamento. Rendían culto a Yahveh, según la orden de Yahveh transmitida por Moisés.

Levítico 26 | Biblia Católica en Línea

 



Levítico 26

1.No os hagáis ídolos, ni pongáis imágenes o estelas, ni coloquéis en vuestra tierra piedras grabadas para postraros ante ellas, porque yo soy Yahveh vuestro Dios.

2.Guardaréis mis sábados, y respetaréis mi santuario. Yo, Yahveh.

3.Si camináis según mis preceptos y guardáis mis mandamientos, poniéndolos en práctica,

4.os enviaré las lluvias a su tiempo, para que la tierra dé sus frutos y el árbol del campo su fruto.

5.El tiempo de trilla alcanzará hasta la vendimia, y la vendimia hasta la siembra; comeréis vuestro pan hasta saciaros y habitaréis seguros en vuestra tierra.

6.Yo daré paz a la tierra y dormiréis sin que nadie os turbe; haré desaparecer del país las bestias feroces, y la espada no pasará por vuestra tierra.

7.Perseguiréis a vuestros enemigos; que caerán ante vosotros a filo de espada.

8.Cinco de vosotros perseguiréis a cien, y cien de vosotros perseguiréis a 10.000; vuestros enemigos ante vosotros caerán a filo de espada.

9.Yo me volveré hacia vosotros. Yo os haré fecundos, os multiplicaré y mantendré mi alianza con vosotros.

10.Comeréis de cosecha añeja y llegaréis a echar la añeja para dar cabida a la nueva.

11.Estableceré mi morada en medio de vosotros y no os rechazaré.

12.Me pasearé en medio de vosotros, y seré para vosotros Dios, y vosotros seréis para mí un pueblo.

13.Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os saqué del país de Egipto, para que no fueseis sus esclavos; rompí las coyundas de vuestro yugo y os hice andar con la cabeza erguida.

14.Pero si no me escucháis y no cumplís todos estos mandamientos;

15.si despreciáis mis preceptos y rechazáis mis normas, no haciendo caso de todos mis mandamientos y rompiendo mi alianza,

16.también yo haré lo mismo con vosotros. Traeré sobre vosotros el terror, la tisis y la fiebre, que os abrasen los ojos y os consuman el alma. Sembraréis en vano vuestra semilla, pues se la comerán vuestros enemigos.

17.Me volveré contra vosotros y seréis derrotados ante vuestros enemigos; os tiranizarán los que os aborrecen y huiréis sin que nadie os persiga.

18.Si ni aun con esto me obedecéis, volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados.

19.Quebrantaré vuestra orgullosa fuerza y haré vuestro cielo como hierro y vuestra tierra como bronce.

20.Vuestras fuerzas se consumirán en vano, pues vuestra tierra no dará sus productos ni el árbol del campo sus frutos.

21.Y si seguís enfrentándoos conmigo y no queréis oírme, volveré a castigaros siete veces más a causa de vuestros pecados.

22.Soltaré contra vosotros las fieras salvajes, que os privarán de vuestros hijos, exterminarán vuestro ganado y os reducirán a unos pocos, de modo que vuestros caminos queden desiertos.

23.Si aun con esto no os corregís ante mí, sino que seguís enfrentándoos conmigo,

24.también yo me enfrentaré con vosotros, y os azotaré yo mismo siete veces más por vuestros pecados.

25.Traeré sobre vosotros la espada vengadora de la alianza. Os reuniréis entonces en vuestras ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de vosotros y seréis entregados en manos del enemigo.

26.Cuando yo os retire el bastón del pan diez mujeres cocerán todo vuestro pan en un solo horno, y os lo darán tan medido que comeréis y no os saciaréis.

27.Si con esto no me obedecéis y seguís enfrentándoos conmigo,

28.yo me enfrentaré a vosotros con ira, y os castigaré yo mismo siete veces más por vuestros pecados.

29.Comeréis la carne de vuestros hijos y la carne de vuestras hijas comeréis.

30.Destruiré vuestros altos, abatiré vuestros altares de incienso, amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, y yo mismo os aborreceré.

31.Reduciré vuestras ciudades a ruina y devastaré vuestros santuarios, no aspiraré ya más vuestros calmantes aromas.

32.Yo asolaré la tierra, y de ello quedarán atónitos vuestros mismos enemigos al venir a ocuparla.

33.A vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré la espada en pos de vosotros. Vuestra tierra será un yermo y vuestras ciudades una ruina.

34.Entonces pagará la tierra sus sábados, durante todos los días que esté desolada mientras vosotros estéis en el país de vuestros enemigos; entonces sí que descansará la tierra y pagará sus sábados.

35.Durante todo el tiempo de la desolación descansará, por lo que no pudo descansar en vuestros sábados cuando habitabais en ella.

36.A los que quedaren de vosotros, les infundiré pánico en sus corazones, en el país de sus enemigos; el ruido de una hoja caída los ahuyentará, huirán como quien huye de la espada, y caerán sin que nadie los persiga.

37.Se atropellarán unos a otros, como delante de la espada, aunque nadie los persiga. No podréis teneros en pie en presencia de vuestros enemigos.

38.Pereceréis entre las naciones, y os devorará el país de vuestros enemigos.

39.Y quienes de vosotros sobrevivan, se pudrirán a causa de su iniquidad en los países de vuestros enemigos; por las iniquidades de sus padres unidas a las suyas, se pudrirán.

40.Entonces confesarán su iniquidad y la iniquidad de sus padres, en la rebeldía con que se rebelaron contra mí; y aun más, porque se enfrentaron conmigo.

41.También yo me enfrentaré con ellos y los llevaré al país de sus enemigos. Entonces se humillará su corazón incircunciso y aceptarán el castigo de su iniquidad.

42.Y yo me acordaré de mi alianza con Jacob, y de mi alianza con Isaac; y recordaré mi alianza con Abraham; y recordaré la tierra.

43.Pero la tierra será antes abandonada por ellos y pagará sus sábados, mientras quede desolada con su ausencia; pero ellos también pagarán el castigo de su iniquidad, por cuanto desecharon mis normas y su alma aborreció mis preceptos.

44.A pesar de todo, cuando estén ellos en tierra enemiga, no los desecharé ni los aborreceré hasta su total exterminio, anulando mi alianza con ellos, porque yo soy Yahveh, su Dios;

45.me acordaré, en su favor, de la alianza hecha con sus antepasados, a quienes saqué de la tierra de Egipto, ante los ojos de las naciones, para ser su Dios, yo Yahveh.

46.Estos son los preceptos, normas y leyes que Yahveh estableció entre él y los israelitas en el monte Sinaí, por medio de Moisés.


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