El presidente ruso Vladímir Putin se encuentra realizando una gira histórica por Latinoamérica, visitando Cuba, Nicaragua, Argentina y luego Brasil para participar de la Sexta Cumbre de los países BRICS en las ciudades de Fortaleza y Brasilia (haciendo antes una breve escala en la ciudad maravillosa de Río de Janeiro para ver el partido final de la Copa Mundial de Fútbol entre Argentina y Alemania). La visita del Sr. Putin es de transcendental importancia, en momentos en que el bloque BRICS se está transformando en algo mucho más importante que un mero pacto económico en el que Rusia desempeña un rol geopolítico mundial.
Hay que detener a la maquinaria de guerra occidental
Desde que ocurrió la tragedia del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos, el Reino Unido, la OTAN (e Israel) se han transformado en un serio peligro para todo el mundo. En los últimos trece años, hemos visto la invasión devastadora de Irak basada en acusaciones falsas de supuestas armas de destrucción masiva jamás halladas; la destrucción de Libia en 2011; el “caos ingenierizado” llamado “primavera árabe” que han atrasado a países como Egipto en décadas; la cuasi-destrucción de Siria, y más una década de amenazas de ataque militar unilateral “preventivo” contra Irán por su inexistente programa nuclear militarizado.
Se estima que el genocidio en Irak ha cobrado cientos de miles, sino millones, de vidas y sin embargo no hay ni un sólo pedido de disculpas por parte de EE.UU., Gran Bretaña o la OTAN. Hoy Irak, al igual que Libia, se halla en el infierno de la guerra civil; Siria trata de salir lentamente de sus convulsiones civiles y, Egipto ha abandonado su importante rol estabilizador en Oriente Medio.
Todo gracias a las intromisiones y el “caos social ingenierizado” que conforma el nuevo tipo de guerra lanzada por las potencias occidentales. Ante su creciente fracaso en Oriente Medio, sin embargo, ahora apuntan a otras latitudes: Ucrania, por ejemplo.
Pues si las potencias occidentales pudieron salirse con las suyas en Irak y Libia, no ha sido así sin embargo en Siria e Irán dado que Rusia se transformó en el principal contrapeso ante la Guerra Global Imperial que hoy libra Occidente. No ha de sorprender entonces que se haya contra-atacado ingenierizando un cruel caos social en Ucrania, obligando a Rusia a reincorporar a Crimea.
Como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, EE.UU., Gran Bretaña, la OTAN e Israel llevan el caos a Oriente Medio y a Europa Central, no solo en términos de violencia militar -siempre harto visible como vemos hoy en los ataques genocidas israelíes contra la Palestina Ocupada- sino también a través de tácticas económicas y financieras más sutiles desde el colapso en 2008 de Wall Street que generó fuertes cimbronazos en todo el sistema financiero y económico global.
En verdad, aunque el Muro de Berlín cayó en 1989, la Humanidad sigue teniendo que lidiar con otros ‘muros’ más complejos. Desde los años noventa, por ejemplo, Israel ha levantado un Muro del Oprobio de más de 800 kilómetros de extensión y 20 metros de altura encerrando a la Palestina Ocupada; con sus humillantes puestos de control, sus soldados, tanques y alambre de púa, transformando a esa nación mártir en una virtual prisión, notablemente en Gaza, hoy el mayor campo de concentración al aire libre del planeta: ¡un verdadero ‘Auschwitz’ en Oriente Medio!
Muros históricos
A lo largo de la historia, algunos muros han sido ofensivos – el Muro de Berlín levantado por la ex-Unión Soviética en 1961 o el actual Muro del Oprobio israelí. Otros muros como el de ‘Wall Street’, son símbolo mundial de la protección que los Dueños del Poder Global le dan a los megabancos usureros y criminales en sus fraudes contra los pueblos trabajadores de todo el mundo.
Y hay aún otros muros que fueron defensivos, como la Gran Muralla China, construida para detener las incursiones bárbaras del norte o, en tiempos del Imperio Romano, la Muralla del Emperador Adriano levantada para detener las incursiones de los pictos de Caledonia sobre la Bretaña cuyas hordas autóctonas los romanos procuraban civilizar.
Hoy podemos observar como a lo largo de los últimos ocho años, un Nuevo “Muro” defensivo viene siendo silenciosamente erigido y que va convirtiéndose en naciente símbolo de esperanza para el desesperanzado mundo actual. Aunque no se trate de una muralla física, pues no está hecha ni de piedras ni de ladrillos, el “Muro BRICS” claramente ya tiene su lugar en el mundo.
El acrónimo ‘BRIC’ fue propuesto por el economista de Terence ‘Jim’ O’Neill de Goldman Sachs en 2001 para describir lo que ese banco (y el Pentágono) identificaban como mercados emergentes que serían dominantes en el año 2050; en términos económicos para Goldman Sachs y en términos geopolíticos y militares para los ‘think-tanks’ de planeamiento del Pentágono. En aquél momento, incluía cuatro países muy importantes y diversos: Brasil, Rusia, India y China; luego en 2010 se agregó Sudáfrica, aportando la ‘S’ a BRICS y abarcando cuatro continentes. La idea tuvo rápida aceptación entre esos mismos países que hoy van consolidando un frente común que decididamente no está bajo el control ni de Goldman Sachs ni del Pentágono.
Un largo viaje en corto tiempo…
Desde su primera cumbre fundacional en Ekaterimburgo, Rusia en junio 2009, BRICS ha andado un largo camino dejando de ser un mero bloque económico al que sólo le concierne el crecimiento económico medido en dólares y siguiendo las reglas y filosofía económica occidentales.
Todo lo contrario. Luego de otras cuatro cumbres realizadas en Brasil (abril 2010), China (abril 2011), India (marzo 2012) y Sudáfrica (marzo 2013), BRICS ha crecido hasta transformarse en una alianza geopolítica de naciones poderosas decidas a no permitir que las Potencias Occidentales dicten las reglas a todo el mundo, ni las amenace como en el pasado. Pues en verdad, en el último siglo tres de estas naciones -China, India y Sudáfrica- sufrieron en carne propia la terrible agresión y humillación del colonialismo occidental.
BRICS parece estar decidido a no permitir que Occidente les imponga sus devaluadas monedas, su sistema de endeudamiento público masivo, sus ‘valores’ morales ni su ‘democracia’ subordinada al poder del dinero.
La Sexta Cumbre de BRICS en Brasil que se lleva a cabo esta semana abordará temas fundamentales que hoy ponen muy nerviosas a las potencias occidentales. Por ejemplo, se ha acordado estructurar una nueva arquitectura financiera basada en imperativos muy distintos a los que impone Occidente, fundando un Acuerdo de Reservas Contingentes (que permitirá independizarse del FMI/Fondo Monetario Internacional) y un Nuevo Banco de Desarrollo (que reemplazará al Banco Mundial).
Desde hace décadas, el FMI y Banco Mundial han sido dos piezas clave en la estructura de poder de los megabancos permitiendo avanzar las agendas geopolíticas de Washington y Londres en todo el mundo. En 2002, el FMI llegó al extremo de proponer que países como la Argentina deben ser declarados en bancarrota y ‘sus activos liquidados’, siguiendo el modelo del Capítulo 11 de la ley de quiebras de EE.UU. como ‘camino’ para disolver a países soberanos.
El mundo ya bien conoce el desempeño del FMI en la problemática de deuda y los efectos catastróficos de las consabidas ‘recetas’ impuestas en países como México, Brasil, Argentina, Indonesia, Malasia, Grecia, Chipre y aún en Rusia.
Las nuevas instituciones financieras de BRICS serán capitalizadas en alrededor de U$S 200.000 millones (China aportará la mayor cuota: 41.000 millones, Rusia, India y Brasil, 18.000 millones cada uno, y Sudáfrica 8.000 millones).
Geopolítica del Muro BRICS
Jim O’Neill jamás se hubiera imaginado que su idea cobraría forma de la manera en que lo hizo, y que no es precisamente como Goldman Sachs y las potencias occidentales hubieran deseado.
Después de todo, quienes le pagan su sueldo – entonces y ahora – desean lograr exactamente lo opuesto de lo que se ha dado. O sea que BRICS se siguiera arrodillando ante el FMI, el dólar, la Reserva federal, el Banco Central Europeo, el euro y, por supuesto, Goldman Sachs.
Como miembro del ‘think-tank’ europeo, ‘Bruegel’ dirigido por el expresidente del Banco Central Europeo (el notable miembro de la Comisión Trilateral y Grupo Bilderberg, Jean-Claude Trichet), quienes tienen planes muy diferentes en mente, hoy O’Neill debe sentirse como el Dr. Frankenstein al ver como su ‘monstruo’ BRICS que él mismo bautizó ha roto las cadenas con las que pretendió atarlo su jefe Goldman Sachs respaldado por el Gran Hermano Pentágono.
¡Y qué gran monstruo que resultó ser! Hoy, los cinco países BRICS representan el 43% de la población mundial, el 23% del PBI global, el 20% de las inversiones mundiales, y disfrutan altos niveles de crecimiento que en 2013 fueron de: China 8,2%, India 5,9%, Rusia 3,7%, Brasil 3,5% y Sudáfrica 2,8%.
Agreguemos a esto los 38,5 millones de kilómetros cuadrados de sus territorios nacionales y entonces se comprende fácilmente que el 2050 será la era BRICS. Para entonces seguramente se los conocerá por otro nombre; para entonces las potencias occidentales habrán tenido que abandonar sus tácticas de llevarse a todo el mundo delante, siendo más humildes, más colaboradores, más serenos y más humanos en sus actos y actitudes.
BRICS hoy bien podría verse confrontada con una avalancha de pedidos de membresía de países ansiosos por formar parte de este notable grupo. Aunque todavía es un poco prematuro, la Argentina pareciera estar en primera línea como próximo candidato, y eso es bueno.
Muchos países sudamericanos harían bien en considerar la opción BRICS especialmente tras las disrupciones que la ‘ingenierización del caos’ –también conocido como Primavera Árabe- de las potencias occidentales le han deparado a todo Oriente Medio. Ese mismo caos podrá dirigirse a ciertos países sudamericanos que no sean dóciles a las presiones anglo-norteamericanas.
Los países latinoamericanos de la costa del Pacífico son tradicionalmente pro-Estados Unidos y Reino Unido: Chile, Colombia (cuyo presidente Juan Manuel Santos es miembro de la Americas Society de Rockefeller), México e incluso el Perú, van transformándose en cabecera de puente de EE.UU. contra el Muro BRICS que va erigiéndose en Sudamérica.
Brasil: ¡a tomar nota! Argentina: ¡empieza a defenderte!
No olvidemos que desde 1982 el Reino Unido y EE.UU. mantienen una base militar nuclear en Islas Malvinas, y desde 2008 George W. Bush reactivó la 4ª Flota del Atlántico Sur (que permanecía inactiva desde 1953).
Las piezas del gran tablero de ajedrez comienzan a posicionarse de manera sorprendente, lo que seguramente ha tomado por sorpresa hasta al propio fundador e ideólogo de la Comisión Trilateral (y archienemigo de Rusia), Zbigniew Brzezinski.
Quizás ahí tengamos una clave en este juego global: tomar a las potencias occidentales por sorpresa, generando hechos y desafíos más rápidamente de lo que ellos puedan reaccionar; mejor de lo que ellos puedan comprender; y de maneras más sutiles de las que puedan llegar a darse cuenta.
El presidente argentino Juan Domingo Perón –un brillante estratega militar– alguna vez observó que una buena estrategia se basa sobre dos ‘S’: Secreto y Sorpresa. El notable éxito de BRICS pareciera venir haciendo ambas cosas con éxito en términos de oportunidad geopolítica. Para las potencias occidentales, luego de las derrotas sufridas en Irak, Afganistán, Siria, Irán, Asia en general y crecientemente en toda Latinoamérica, probablemente ya sea demasiado tarde. Bien puede ser que ellas mismos se hayan dejado arrinconar en un camino sin salida, tal como le ocurrió al presidente Obama respecto de Siria en septiembre del año pasado.
Pero cuidado: cuando las bestias salvajes se ven arrinconadas es cuando más violentas, agresivas y amenazantes son. Occidente aún tiene muchas cartas desestabilizadoras en la manga: su control sobre el sistema financiero, extremistas encarnados dentro del Pentágono, disparadores del colapso controlado del dólar y el euro, algún megaevento de ‘bandera falsa’, y por supuesto, la impredecible Israel…
¿Utilizarán alguna de estas cartas, o una combinación de ellas, para patear el gran tablero geopolítico mundial?
Incluso una ‘patada’ relativamente pequeña puede tener efectos devastadores. Mírese sino lo que ocurrió hace exactamente un siglo cuando “el pistoletazo que se escuchó en todo el mundo” fue disparado en Sarajevo…
Por eso, esperamos que el Muro BRICS se siga fortaleciendo, consolidando y creciendo, transformándose en una barrera tan formidable que nadie se atreva a vulnerarla.
Adrian Salbuchi para RT
Adrian Salbuchi es analista político, autor, conductor del programa de televisión “Segunda República” por el Canal TLV1 de Argentina. Fundador del Proyecto Segunda República (PSR). www.proyectosegundarepublica.com
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