Ahora que se ha desatado un debate sobre el papel de España en la conquista de lo que hoy damos por llamar 'México', es interesante conocer la bella tradición oaxaqueña conocida como 'La Samaritana' o simplemente 'Samaritana', que se celebra cada cuarto viernes de cuaresma de cada año, realizada por muchos pueblos indígenas oaxaqueños, pero inspirada en la biblia, el libro sagrado traído por los evangelizadores españoles, lo que nos da un ejemplo de la riqueza cultural de la unión de la España cristiana con los pueblos nativos prehispánicos.
La tradición de la Samaritana consiste en regalar aguas frescas a todas las personas que pasean por las calles del centro histórico de Oaxaca, y en los últimos años se ha añadido el regalo de nieves y dulces tradicionales.
Esta tradición comenzó, según cronistas de Oaxaca, en el siglo XIX, cuando a las afueras de las parroquias católicas se representaba la escena bíblica del Evangelio de San Juan del encuentro entre la samaritana y Jesús, en que la samaritana dio a beber agua al hijo de Dios. A las afueras de las iglesias se hacía una pequeña escenificación y se regala aguas frescas de distintos sabores a todos los presentes.
En el siglo XX la tradición cobró fuerza, pues ya no solo se limitaba a los templos, sino que se ponían puestos de aguas por todo el centro de la ciudad, y hasta hoy día, miles de turistas y de los propios habitantes de Oaxaca disfrutan gratuitamente de aguas de limón, sandía, horchata, piña, e incluso de tejate, una bebida prehispánica.
La celebración comienza cada año en la parroquia de La Preciosa Sangre de Cristo y se extiende a otros templos y lugares públicos.
Este año se está pidiendo a la gente que lleve su propio vaso para colaborar con el cuidado del ambiente.
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