En adoración al becerro de oro, atacan al papa Francisco

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Tan luego como el Papa Francisco en su primera Exhortación Apostólica, Evangelli Gaudium, “La Alegría del Evangelio”, pidió liberar al mundo de las injusticias provocadas por un sistema económico encadenado a la idolatría del dinero, los aludidos respondieron coléricamente.
Para muestra basta examinar un botón. En su edición del 4 de diciembre de 2013, la revista brasileña de mayor circulación, Veja, afirma que como se prueba en la renovada censura papal al liberalismo económico, la Doctrina Social de la Iglesia, en su conjunto, es en ese sentido radical, sin consentir ninguna negociación:
“No existe margen de maniobra en la Doctrina Social de la Iglesia Católica cuando se trata de condenar (equivocadamente) el libre mercado y el capitalismo”.
El reportaje es ilustrado con una fotografía de una obra del pintor francés Nicolas Poussin de 1634, titulada “La Adoración del Becerro de oro”, colocando al pie la siguiente cita de “La Alegría del Evangelio”: “La crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro ha encontrado una versión nueva y despiadada de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”.
Desilusionado con el papa Francisco, el artículo avisa que Evangeli Gaudium, se encuentra en la misma corriente de la revolucionaria Encíclica Rerum Novarum del papa Léon XII -la que inicia la Doctrina Social de la Iglesia-, escrita al final del siglo 19 que denunciaba el empobrecimiento de los trabajadores en el régimen del capitalismo salvaje del momento, recomendando la creación de los sindicatos.
Rerum Novarum, despertó la conciencia de los derechos laborales, en un momento en que nadie se atrevía exigirlos, y eran imprescindibles. Más tarde, su influencia se hizo presente en varias constituciones del mundo, las cuales consagraron las modernas leyes del trabajo y de seguridad social. Estas garantías laborales hoy se encuentran nuevamente amenazadas por el régimen de trabajo casi esclavo que impera en todo aquel lugar donde el liberalismo comercial rampante ha fincado sus raíces.
“La Iglesia condena los principios de libertad económica desde los orígenes. En el siglo IV Santo Ambrosio (340-397) criticó la concentración de la renta”, afirma la nota. Por lo contrario, para sustentar sus argumentos, Veja se apoya en la defensa del libre mercado que hiciera el filosofo alemán Max Weber (1864-1920) en su “Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo”, para quien el principal enemigo de los negocios financieros y del progreso, era la “sarta” de prohibiciones que los teólogos católicos hacían de la usura, a diferencia del mundo Protestante que la toleraba.
Sin pretender regresar a épocas anteriores, el asunto central es que los intereses que dominan el actual sistema de la globalización financiera, se apegan al weberianismo. Por ejemplo, esta es una convicción arraigada en parte de la casta del “establishment” anglo -americano. De ahí, que sus heraldos en la midia mundial, a la vez juez y parte, salen en su defensa no para interponer debates teóricos, sino porque alertan de las figuras influyentes como el papa Francisco, que atraen hacía sí el descontento social de los que interpelan al mundo buscando la equidad.
Y la solución propuesta en “La Alegría del Evangelio”, es precisamente: “¡El dinero debe servir y no gobernar!”. Lo que el papa Francisco pregona es la apertura a una nueva era en la que el argumento weberiano quedará superado para abrir paso a una civilización del amor, donde la solidaridad y el bien común predominen sobre el egoísmo individualista que tiene postrada a las poblaciones del llamado sector desarrollado.
Silvia Palacios.

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