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¿Quién y cómo se nombran a los obispos en la Iglesia católica?



En la foto se puede ver el documento mediante el cual el papa nombra a un obispo. Lo pongo para ilustrar la respuesta a la pregunta que me hicieron sobre cómo se nombran a los obispos.

Hay que decir que el papa es quien designa a libremente a los presbíteros que deben de ser consagrados obispos (CIC 377§1). Esta designación puede ser directa si elige el papa sin que medie una elección por otra instancia, o mediante confirmación, cuando hay una elección previa por otra instancia.

El en rito latino, la elección previa se refiere a una costumbre legítima de algunas diócesis centroeuropeas (Colonia, por ejemplo) de que el cabildo de la catedral elige a un presbítero para ser presentado al papa como candidato a ser su obispo diocesano.

Sin embargo, la norma general es que el papa hace nombramientos directos. Como el papa no conoce a todos los presbíteros, es necesario que exista un procedimiento con base en el cual se le presenten candidatos. Por ello, existen dos procedimientos: uno para obispos auxiliares y otro para el resto de los obispos.

Para nombrar obispos auxiliares, en caso de que un obispo diocesano considere necesario contar con un auxiliar, debe de proponerlo a la Santa Sede, a través del legado pontificio (delegado o nuncio apostólico), junto con una terna de candidatos. La lista la recibe la Congregación para los Obispos (o la Congregación para la Evangelización de los Pueblos si la diócesis está confiada a este dicasterio), quien hace una propuesta al papa, quien determina a quién nombrar (CIC 377§4)

Para nombrar al resto de los obispos (diocesanos o coadjutores), cada provincia eclesiástica o cada Conferencia Episcopal debe de elaborar una lista secreta de los presbíteros que se consideren idóneos para ser obispos cada tres años, al menos. Un obispo también puede elaborar su propia lista. Esta lista se envía a la Sede Apostólica. (CIC 377§2)

Cuando se ha de nombrar un obispo, el legado pontificio (nuncio o delegado apostólico) debe de investigar a los integrantes de la lista y a otros obispos que le sugieran el arzobispo y los sufragáneos de la provincia a la cual pertenece la diócesis que se ha de proveer, así como el presidente de la Conferencia Episcopal (CIC 377§3). Esta investigación supone escuchar a miembros del colegio de consultores, del cabildo catedral, a miembros del clero y a laicos (Ídem). Al final, el legado elabora una terna, en la que pueden aparecer presbíteros y obispos de otras diócesis que se proponen trasladar, y la envía a la Santa Sede.

Esa lista la recibe y analiza la Congregación para los Obispos (o la Congregación para la Evangelización de los Pueblos si la diócesis está confiada a este dicasterio). Esta congregación le hace una propuesta al papa, quien determina a quién nombrar.

Los requisitos para ser obispo (diocesano o titular) son: tener, al menos, 35 años; haber sido ordenado presbítero cuando menos cinco años antes; ser doctor, o licenciado en Sagrada Escritura, teología o derecho; contar con buena fama; y ser insigne por la firmeza de su fe, buenas costumbres, piedad, celo por las almas, sabiduría, prudencia y virtudes humanas, y dotado de las demás cualidades que le hacen apto para ejercer el oficio de que se trata (CIC 378§1).

Una vez que el papa ha elegido a una persona como obispo se le comunica a ésta la decisión pontificia, para que acepte o rechace el nombramiento. Si el elegido reside en Roma, el Prefecto o el Secretario de la Congregación para los Obispos es quien hace la comunicación. Si no reside en Roma, es el legado pontificio quien hace la comunicación. La aceptación debe de ser por escrito, y debe de acompañarse por una profesión de fe y un juramento de fidelidad a la Sede Apostólica (CIC 380).

En el momento de aceptar, se le informa al elegido qué día la Santa Sede comunicará el nombramiento. Mientras tanto, el elegido no puede decírselo a nadie, salvo al confesor, quien debe de mantener el secreto. A partir de que se haga público el nombramiento, será considerado obispo electo. Dentro del plazo de tres meses contado a partir de que le llegaron las letras apostólicas (el nombramiento firmado por el papa), un presbítero que haya sido promovido al episcopado debe recibir la consagración episcopal (CIC 379).


Fuente: Liturgia Papal.

Papa Francisco envía 100 mil euros para los pobres de Alepo (Siria) víctimas de la guerra.

El Papa Francisco terminó su semana de Ejercicios Espirituales de cuaresma junto a otros miembros de la curia romana y antes de volver al Vaticano celebró una misa este viernes 10 de marzo, ofrecida por todos los cristianos perseguidos y todas las víctimas de la guerra en Siria que ha causado una verdadera crisis humanitaria sobre todo en ciudades tan golpeadas por el conflicto como Alepo.
Por esta difícil situación es que el Papa recaudo entre los miembros de la curia romana la cantidad de 100,000 euros para ser enviada a aquella ciudad siria con tantas necesidades.
 

El próximo día 15 de marzo se estarán cumpliendo siete años del conflicto sirio que ha dejado una gran destrucción en la que hasta hace pocos años fuera una de las naciones con mayor estabilidad social de la región.

Al finalizar los ejercicios, el franciscano que estuvo a cargo de dirigirlos, Guilio Michelini, transmitió el agradecimiento llegado desde Alepo porla donación, la cual hizo llegar por medio de un correo electrónico el también franciscano y párroco en Alepo Ibrahim Alsabagh.

«En agradecimiento por la recogida de dinero destinado a Alepo, el padre Ibrahim ha escrito un breve email, junto a la Custodia de Tierra Santa, que expresa la gratitud de los pobres de Alepo por los que esta mañana hemos celebrado la Eucaristía, según la intención del Papa, y por la generosa donación de 100,000 euros».

El Papa terminó los ejercicios dándole su agradecimiento a Guilio Michelini por haberlos guiado durante estos días:

«Quiero agradecerte el trabajo que has hecho, como te has preparado. Esto significa responsabilidad, tomarse las cosas en serio. Gracias por todo lo que nos has dado».

El papa Francisco, crítico del neoliberalismo, marca la carta social al gobierno de Peña Nieto.

El pasado 7 de junio el presidente de México, Enrique Peña Nieto tuvo un encuentro privado con el papa Francisco en el Vaticano, quien en palabras sucintas y directas intervino a favor de que en el país el gobernante retome el camino de la equidad que se rompió desde que el neoliberalismo rampante se apoderó de las decisiones de gobiernos sucesivos. El resultado deplorable es que la mitad de la población sobrevive por debajo de la miseria. De acuerdo a la agencia Zenit, ambos abordaron temas de actualidad, políticos y económicos, entre estos últimos la serie de reformas que el gobierno de Peña Nieto viene realizando, que dicho sea de paso han sido acremente criticadas por la jerarquía de la iglesia católica de México.
Al final de la audiencia, su Santidad le obsequió al presidente mexicano una copia de su Exhortación Apostólica Evangelium Gaudium, que es en mucho el programa de su Pontificado, advirtiéndole: “Me permito regalarle un ejemplar de la Exhortación Apostólica” y le señaló las páginas centrales que debería leer, “Aquí están las partes más sociales. Yo se la doy y así sirve”, le dijo el Pontífice. En dicha Exhortación Apostólica, el Papa aboga enfáticamente por el establecimiento urgente de un sistema que supere las desigualdades sociales.
Al presidente mexicano le sería muy provechoso seguir el consejo de Francisco, pues, independientemente de que no se le conoce por ser un gran lector, le serviría para afrontar el derrumbe económico del país, pues hasta los otrora entusiastas del “Mexican Moment”, como la revista inglesa The Economist empiezan a criticar la desastrosa gestión del actual gobierno.
La recomendación del Papa, ocurrió luego de dos hechos significativos. Primero, poco antes del encuentro, los obispos mexicanos acudieron al Vaticano por grupos, para la tradicional visita ad limina apostolorum, que se extendió del 12 de mayo hasta final del mes.
El otro, fue la asamblea anual de la Conferencia Episcopal Mexicana, reunida del 28 de abril al 2 de mayo, que a su termino emitió un severo mensaje titulado, “Por México, ¡Actuemos!”, que da cuenta del estado de miseria en que se encuentra la nación e interpela al gobierno a responder una serie de interrogantes sobre los supuestos beneficios que traerán a la población las reformas estructurales que el gobierno de Enrique Peña Nieto ha propuesto, varias ya aprobadas por el Congreso Nacional. Cabe destacar que todas ellas están dirigidas a profundizar el ya atroz neoliberalismo, acremente reprobado por el Pontífice Francisco en la Exhortación Apostólica que le entrego de páginas abiertas al presidente de México.
Semejantes cuestionamientos fueron presentados directamente a Enrique Peña Nieto, quien asistió como invitado a esa reunión, ante la interpelación guardó silencio y prometió darles respuesta posteriormente.
En una bien orientada reflexión, plantean:
“Las reformas son necesarias para adecuarnos al presente en la búsqueda de un futuro mejor. ¡Pero no nos engañemos! Si no se reforma la mente y el corazón, si no se reforma la conciencia que genere una auténtica escala de valores y nuestra capacidad de encuentro y fraternidad solidaria, no habrá reforma que nos ayude a superar las intolerables desigualdades e injusticias sociales….
Poniendo el dedo en la llaga, continúa:
“No podemos acostumbrarnos a tener en la pobreza a más de cincuenta millones de mexicanos, muchos de ellos en una miseria que les condena a morir sin atención médica. Esta indiferencia cómplice en contra de la vida humana, es la que hace que se festeje que miles de niños en gestación sean sacados del vientre de la madre para ser arrojados a un bote de basura. ¡Nos falta una verdadera reforma interior para que el país sea mejor!”
Así advierten: “esta visión de la parte dolorosa de nuestra realidad podría llevarnos al fatalismo que nos vende la idea de que ante el Mal no hay solución; que es mejor legalizarlo en la droga o transar con el crimen…”
Las reformas gubernamentales cuestionadas por los obispos son: Educativa, Fiscal, Política, Energética y de Telecomunicaciones. La pregunta básica que se hacen los obispos en el mensaje es: ¿A quienes benefician las reformas?
En cuanto a la segunda reforma, la fiscal, plantean: “¿Qué garantizará que la Reforma Fiscal fomente una contribución verdaderamente justa, equitativa, corresponsable, clara…que favorezca el empleo digno y bien remunerado y las inversiones productivas…? ¡Sin honestidad, veracidad y transparencia, los recursos seguirán siendo botín de pocos!”.
En torno a la Reforma Energética, plantean: “¿Qué garantizará que la Reforma Energética haga que los recursos del país se inviertan para superar los graves atrasos de gran parte de la Sociedad mexicana, y que las inversiones públicas o privadas, nacionales o extranjeras sean promotoras de progreso social, humano y comunitario, y cuidadosas del medio ambiente, por encima de intereses particulares? ¡Si la persona humana no está por encima del dinero, el dinero le pondrá precio a cada persona!"

Angel Palacios Zea.

En adoración al becerro de oro, atacan al papa Francisco

Tan luego como el Papa Francisco en su primera Exhortación Apostólica, Evangelli Gaudium, “La Alegría del Evangelio”, pidió liberar al mundo de las injusticias provocadas por un sistema económico encadenado a la idolatría del dinero, los aludidos respondieron coléricamente.
Para muestra basta examinar un botón. En su edición del 4 de diciembre de 2013, la revista brasileña de mayor circulación, Veja, afirma que como se prueba en la renovada censura papal al liberalismo económico, la Doctrina Social de la Iglesia, en su conjunto, es en ese sentido radical, sin consentir ninguna negociación:
“No existe margen de maniobra en la Doctrina Social de la Iglesia Católica cuando se trata de condenar (equivocadamente) el libre mercado y el capitalismo”.
El reportaje es ilustrado con una fotografía de una obra del pintor francés Nicolas Poussin de 1634, titulada “La Adoración del Becerro de oro”, colocando al pie la siguiente cita de “La Alegría del Evangelio”: “La crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro ha encontrado una versión nueva y despiadada de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”.
Desilusionado con el papa Francisco, el artículo avisa que Evangeli Gaudium, se encuentra en la misma corriente de la revolucionaria Encíclica Rerum Novarum del papa Léon XII -la que inicia la Doctrina Social de la Iglesia-, escrita al final del siglo 19 que denunciaba el empobrecimiento de los trabajadores en el régimen del capitalismo salvaje del momento, recomendando la creación de los sindicatos.
Rerum Novarum, despertó la conciencia de los derechos laborales, en un momento en que nadie se atrevía exigirlos, y eran imprescindibles. Más tarde, su influencia se hizo presente en varias constituciones del mundo, las cuales consagraron las modernas leyes del trabajo y de seguridad social. Estas garantías laborales hoy se encuentran nuevamente amenazadas por el régimen de trabajo casi esclavo que impera en todo aquel lugar donde el liberalismo comercial rampante ha fincado sus raíces.
“La Iglesia condena los principios de libertad económica desde los orígenes. En el siglo IV Santo Ambrosio (340-397) criticó la concentración de la renta”, afirma la nota. Por lo contrario, para sustentar sus argumentos, Veja se apoya en la defensa del libre mercado que hiciera el filosofo alemán Max Weber (1864-1920) en su “Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo”, para quien el principal enemigo de los negocios financieros y del progreso, era la “sarta” de prohibiciones que los teólogos católicos hacían de la usura, a diferencia del mundo Protestante que la toleraba.
Sin pretender regresar a épocas anteriores, el asunto central es que los intereses que dominan el actual sistema de la globalización financiera, se apegan al weberianismo. Por ejemplo, esta es una convicción arraigada en parte de la casta del “establishment” anglo -americano. De ahí, que sus heraldos en la midia mundial, a la vez juez y parte, salen en su defensa no para interponer debates teóricos, sino porque alertan de las figuras influyentes como el papa Francisco, que atraen hacía sí el descontento social de los que interpelan al mundo buscando la equidad.
Y la solución propuesta en “La Alegría del Evangelio”, es precisamente: “¡El dinero debe servir y no gobernar!”. Lo que el papa Francisco pregona es la apertura a una nueva era en la que el argumento weberiano quedará superado para abrir paso a una civilización del amor, donde la solidaridad y el bien común predominen sobre el egoísmo individualista que tiene postrada a las poblaciones del llamado sector desarrollado.
Silvia Palacios.

Papa Francisco.: “Luchemos todos contra un sistema sin ética, injusto, en el que manda el dinero”.



El Papa Francisco concluyó su visita de un día a la isla italiana de Cerdeña, marcada por su firme condena al sistema económico vigente, que tiene como "ídolo al dios dinero", y un pedido a los jóvenes a “construir un mundo mejor”.

“Luchemos todos juntos contra el ídolo dinero, contra un sistema sin ética, injusto, en el que manda el dinero”, clamó el Papa en Cagliari, arrancando aplausos y lágrimas entre los asistentes, muchos de ellos obreros de las fábricas cerradas en el año.

“Perdónenme por estas duras palabras, pero donde no hay trabajo falta la dignidad”, exclamó el papa.

“Vivimos las consecuencias de una decisión mundial, de un sistema económico que lleva a esta tragedia”, explicó. “Dos generaciones de jóvenes no tienen trabajo, el mundo así no tiene futuro”, recalcó.

Al mundo de la cultura y académico, Francisco instó a “escuchar a los jóvenes”, incluso a aquellos que hacen política, “porque tienen otra manera de pensar, no sé si mejor o peor, pero otra manera, una clave distinta” de concebir el mundo, dijo.

“Para defender ese sistema idólatra, se dejan caer los extremos más débiles, los ancianos, los cuales no tienen un lugar en ese mundo. Se trata de una eutanasia escondida. También caen los jóvenes, que no encuentran su dignidad”, agregó.

El argentino Jorge Mario Bergoglio, nuevo Papa de la Iglesia Católica.

Papa Francisco I
Jorge Mario Bergoglio es el Cardenal que ha sido elegido como el nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, es de origen argentino y tiene 76 años de edad, fue elegido Cardenal en el año 2001.

Bergoglio era hasta hoy el Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires y es perteneciente a la Orden de los Jesuitas.

Para llevar a cabo sus labores como Papa, Jorge Mario Bergoglio ha escogido el nombre religioso de Francisco I.

Es el primer Papa de origen latinoamericano.

Habemus Papam: Apareció el humo blanco en la Capilla Sixtina.


Hace apenas unos minutos apareció desde la Chimenea de la Capilla Sixtina el tan esperado humo blanco, que anuncia que los Cardenales han elegido a quien será a partir de hoy el nuevo Papa.

El nuevo Papa será el número 266 en la historia de la Iglesia Católica.


Los Cardenales con mayores posibilidades de ganar la elección del cónclave eran cuatro: El ghanés Peter Turkson, de 64 años, el italiano Angelo Scola, de 71, el brasileño Odilo Scherer, de 63, y el canadiense Marc Ouellet, de 69.

En tan sólo unos minutos será revelado el nombre del nuevo Papa, que saldrá al balcón de la Capilla Sixtina en su primera aparición oficial como pontífice, ante miles de fieles que se encuentran en la Plaza de San Pedro.


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