Mostrando entradas con la etiqueta católica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta católica. Mostrar todas las entradas

La Eucaristía Católica en los Padres de la Iglesia (Citas Patrísticas).

 


Del Sermón de San Atanasio a los bautizados.

San Atanasio (297-373)
Obispo de Alejandría y Doctor de la Iglesia.

"Verás a los ministros que llevan pan y una copa de vino, y lo ponen sobre la mesa; y mientras no se han hecho las invocaciones y súplicas, no hay más que puro pan y bebida. Pero cuando se han acabado aquellas extraordinarias y maravillosas oraciones, entonces el pan se convierte en el Cuerpo y el cáliz en la Sangre de nuestro Señor Jesucristo... Consideremos el momento culminante de estos misterios: este pan y este cáliz, mientras no se han hecho las oraciones y súplicas, son puro pan y bebida; pero así que se han proferido aquellas extraordinarias plegarias y aquellas santas súplicas, el mismo Verbo baja hasta el pan y el cáliz, que se convierten en su cuerpo"

---
Del Tratado sobre los misterios.

San Ambrosio (337-397)
Obispo de Milán y Doctor de la Iglesia. 

Tal vez dices: "Es mi pan común". Mas este pan es pan antes de las palabras sacramentales; en cuanto sobreviene la consagración, el pan se convierte en la carne de Cristo. Por tanto, probémoslo. ¿Cómo lo que es pan puede ser el cuerpo de Cristo? ¿Por medio de qué palabras se hace, entonces, la consagración y cuyas son esas palabras? Del Señor Jesús. En efecto, todas las otras cosas que se dicen antes, por el sacerdote son dichas: se ofrecen alabanzas a Dios, se hace oración rogando por el pueblo, por los reyes, por los demás. En cuanto se llega a producir el venerable sacramento, ya el sacerdote no usa sus propias palabras, sino las de Cristo. De modo que la palabra de Cristo es la que produce este sacramento. 

¿Cuál es la palabra de Cristo? En verdad, aquella por la cual todas las cosas han sido hechas. Ordenó el Señor y se hizo el cielo; ordenó el Señor y se hizo la tierra; ordenó el Señor y se hicieron los mares; ordenó el Señor y se engendraron todas las creaturas. Mira, pues, cuán eficaz es la palabra de Cristo. Si tan poderosa es la palabra del Señor Jesús, de modo que por ella comienza a ser lo que antes no era, cuánto más ha de serlo para hacer que las cosas que ya eran sean y se cambien en otra cosa. No existían el cielo, ni existía el mar, no existía la tierra, pero escucha David que dice "Él dijo, y fueron hechos. Él ordenó, y fueron creados".

Así, pues, para responderte: antes de la consagración no estaba el cuerpo de Cristo, pero después de la consagración te digo que es ya el cuerpo de Cristo. [...] Aprendiste, pues, que el pan se convierte en el cuerpo de Cristo, y que se pone en el caliz vino y agua y que por la palabra de la consagración celestial se convierte en su Sangre. 

Pero tal vez digas: "Yo no veo la apariencia de la sangre". Pero tienes el signo. Así como tomaste la similitud de la muerte, así también bebes la semejanza de la preciosa Sangre, de modo que no se da el horror de la sangre que se derrama y, sin embargo, produce su efecto, el precio de la redención. Aprendiste, pues, que lo que recibes es el cuerpo de Cristo.

---
De las Catequesis de San Cirilo de Jerusalén

Cirilo de Jerusalén (313 - 386)
Arzobispo de Jerusalén y Doctor de la Iglesia.

Jesús, el Señor; en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, después de pronunciar la Acción de Gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: «Tomen y coman, esto es mi cuerpo.» y tomando el cáliz, después de pronunciar la Acción de Gracias, dijo: «Tomen y beban, ésta es mi sangre.» Por tanto, si él mismo afirmó del pan: Esto es mi cuerpo, ¿quién se atreverá a dudar en adelante? Y si él mismo afirmó: Esta es mi sangre, ¿quién podrá nunca dudar y decir que no es su sangre? Por esto hemos de recibirlos con la firme convicción de que son el cuerpo y sangre de Cristo. Se te da el cuerpo del Señor bajo el signo de pan, y su sangre bajo el signo de vino; de modo que al recibir el cuerpo y la sangre de Cristo tu cuerpo pasa a ser parte de su cuerpo y tu sangre de la suya. Así, pues, nos hacemos portadores de Cristo, al distribuirse por nuestros miembros su cuerpo y sangre. 

Así, como dice San Pedro, nos hacemos participantes de la naturaleza divina. 

En otro tiempo, Cristo, discutiendo con los judíos, decía: Si no comen mi carne y no beben mi sangre, no tendrán vida en ustedes. Pero, como ellos entendieron estas palabras en un sentido material, retrocedieron escandalizados, pensando que los exhortaba a comer su carne. 

En la antigua alianza había los panes de la proposición; pero, como eran algo exclusivo del Antiguo Testamento, ahora ya no existen. Pero en el Nuevo Testamento hay un pan celestial y una bebida de salvación, que santifican el alma y el cuerpo. Pues, del mismo modo que el pan es apropiado al cuerpo, así también la Palabra encarnada concuerda con la naturaleza del alma. 

Por lo cual, el pan y el vino eucarísticos no han de ser considerados como meros y comunes elementos materiales, ya que son el cuerpo y la sangre de Cristo, como afirma el Señor; pues, aunque los sentidos nos sugieren lo primero, hemos de aceptar con firme convencimiento lo que nos enseña la fe. 

Adoctrinados e imbuidos de esta fe tan cierta, debemos creer que aquello que parece pan no es pan, aunque su sabor sea de pan, sino el cuerpo de Cristo; y que lo que parece vino no es vino, aunque así le parezca a nuestro paladar, sino la sangre de Cristo; respecto a lo cual hallamos la antigua afirmación del salmo: El pan da fuerzas al corazón del hombre y el aceite da brillo a su rostro. Da, pues, fuerzas a tu corazón, comiendo aquel pan espiritual, y da brillo así al rostro de tu alma. 

Ojalá que con el rostro descubierto y con la conciencia limpia, contemplando la gloria del Señor como en un espejo, vayamos de gloria en gloria, en Cristo Jesús nuestro Señor, a quien sea el honor, el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén. 

---
De los Tratados de San Gaudencio de Brescia, obispo

Gaudencio de Brescia. ( ¿ - c. 410)
Obispo de Brescia.

El sacrificio celestial instituido por Cristo es verdaderamente el don de su nueva alianza que nos dejó en herencia, como prenda de su presencia entre nosotros, la misma noche en que iba a ser entregado para ser crucificado. Éste es el viático de nuestro camino, con el cual nos alimentamos y nutrimos durante el peregrinar de nuestra vida presente, hasta que salgamos de este mundo y lleguemos al Señor; por esto decía el mismo Señor: Si no comen mi carne y no beben mi sangre, no tendrán vida en ustedes. 

Quiso, en efecto, que sus beneficios permanecieran en nosotros, quiso que las almas redimidas con su sangre preciosa fueran continuamente santificadas por el sacramento de su pasión, por esto mandó a sus fieles discípulos, a los que instituyó también como primeros sacerdotes de su Iglesia, que celebraran incesantemente estos misterios de vida eterna, que todos los sacerdotes deben continuar celebrando en las Iglesias de todo el mundo, hasta que Cristo vuelva desde el cielo, de modo que, tanto los mismos sacerdotes como los fieles todos, teniendo cada día ante nuestros ojos y en nuestras manos el memorial de la pasión de Cristo, recibiéndolo en nuestros labios y en nuestro pecho, conservemos el recuerdo imborrable de nuestra redención. 

Además, puesto que el pan, compuesto de muchos granos de trigo reducidos a harina, necesita, para llegar a serIo, de la acción del agua y del fuego, nuestra mente descubre en él una figura del cuerpo de Cristo, el cual, como sabemos, es un solo cuerpo compuesto por la muchedumbre de todo el género humano y unido por el fuego del Espíritu Santo. 

Jesús, en efecto, nació por obra del Espíritu Santo y, porque así convenía para cumplir la voluntad salvífica de Dios, penetró en las aguas bautismales para consagrarlas, y volvió del Jordán lleno del Espíritu Santo, que había descendido sobre él en forma de paloma, como atestigua el evangelista San Lucas: Jesús regresó de las orillas del Jordán, lleno del Espíritu Santo. 

Asimismo, también el vino que es su sangre, resultante de la unión de muchos granos de uva, de la viña por él plantada, fue exprimido en el lagar de la cruz, y fermenta, por su propia virtud, en el espacioso recipiente de los que lo beben con espíritu de fe. 

Todos nosotros, los que hemos escapado de la tiranía de Egipto y del diabólico Faraón, debemos recibir, con toda la avidez de que es capaz nuestro religioso corazón, este sacrificio de la Pascua salvadora, para que nuestro Señor Jesucristo, al que creemos presente en sus sacramentos, santifique nuestro interior; él, cuya inestimable eficacia perdura a través de los siglos. 

--
De la Apología primera de San Justino, mártir, a favor de los cristianos.

San Justino. (100 - 165)

Concluidas las oraciones, nos saludamos con el beso de paz; y luego se le presenta al que preside a los hermanos, el pan, y una copa de vino y agua; y tomándolo todo, tributa alabanzas y gloria al Padre de todas las cosas, en nombre del Hijo y del Espíritu Santo, y le ofrece una larga acción de gracias, por los dones que hemos recibido de su mano. Apenas se da fin a estas oraciones y la acción de gracias, todo el pueblo que está congregado manifiesta con sus aclamaciones la parte que toma en aquel acto, y responde en alta voz Amén, palabra hebrea que significa Así seaEntonces los ministros, que nosotros llamamos Diáconos, distribuyen entre los asistentes el pan, el vino y el agua, que se ha consagrado por medio de la acción de gracias, y llevan también una parte a los ausentes.

A este alimento le damos el nombre de Eucaristía, y a nadie le es permitido participar de él, si primero no hace profesión de creer nuestra doctrina; si no ha sido purificado y regenerado en el bautismo, y no vive conforme a la ley de Jesucristo.

Por lo demás, debe tenerse presente que no tomamos nosotros este alimento como pan y bebida ordinaria, sino que así como sabemos que Jesucristo, nuestro salvador, tomó verdaderamente carne y sangre por el Verbo de Dios, con el fin de salvarnos, hemos también sabido, que este alimento, santificado por la oración y la acción de gracias de Jesucristo, se convierte en su mismo Cuerpo y Sangre, y se hace alimento de nuestro cuerpo y sangre: porque los apóstoles, en sus escritos, que llaman Evangelios, nos enseñan, que habiendo Jesucristo tomado el pan, y ofrecido la acción de gracias, se les dio diciendo: éste es mi cuerpo; e igualmente habiendo tomado el vino, se les presentó diciendo: Ésta es mi sangre, y les mando que hicieran lo mismo en memoria suya.

--
Del Tratado de Ireneo contra las herejías.
 
San Ireneo de Lyon. (130 - 202)

Si no fuese verdad que nuestra carne es salvada, tampoco lo sería que el Señor nos redimió con su sangre, ni que el cáliz eucarístico es comunión de su sangre y el pan que partimos es comunión de su cuerpo. La sangre, en efecto, procede de las venas y de la carne y de todo lo demás que pertenece a la condición real del hombre, condición que el Verbo de Dios asumió en toda su realidad para redimirnos con su sangre, como afirma el Apóstol: Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.

Y, porque somos sus miembros, nos sirven de alimento los bienes de la creación; pero él, que es quien nos da estos bienes creados, haciendo salir el sol y haciendo llover según le place, afirmó que aquel cáliz, fruto de la creación, era su sangre, con la cual da nuevo vigor a nuestra sangre, y aseveró que aquel pan, fruto también de la creación, era su cuerpo, con el cual da vigor a nuestro cuerpo. 

Por tanto, si el cáliz y el pan, cuando sobre ellos se pronuncian las palabras sacramentales, se convierten en la sangre y el cuerpo eucarísticos del Señor, con los cuales nuestra parte corporal recibe un nuevo incremento y consistencia, ¿cómo podrá negarse que la carne es capaz de recibir el don de Dios, que es la vida eterna, si es alimentada con la sangre y el cuerpo de Cristo, del cual es miembro?

Cuando el Apóstol dice en su carta a los Efesios: Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos, no se refiere a alguna clase de hombre espiritual e invisible -ya que un espíritu no tiene carne ni huesos-, sino al hombre tal cual es en su realidad concreta, que consta de carne, nervios y huesos, que es alimentado con el cáliz de la sangre de Cristo, y que recibe vigor de aquel pan que es el cuerpo de Cristo. 

Y del mismo modo que la rama de la vid plantada en tierra da fruto a su tiempo, y el grano de trigo caído en tierra y disuelto sale después multiplicado por el Espíritu de Dios que todo lo abarca y lo mantiene unido, y luego el hombre, con su habilidad, los transforma para su uso, y al recibir las palabras de la consagración se convierten en el alimento eucarístico del cuerpo y sangre de Cristo; del mismo modo nuestros cuerpos, alimentados con la eucaristía, después de ser sepultados y disueltos bajo tierra, resucitarán a su tiempo, por la resurrección que les otorgará aquel que es el Verbo de Dios, para gloria de Dios Padre, que rodea de inmortalidad a este cuerpo mortal y da como regalo la incorrupción a este cuerpo corruptible, ya que la fuerza de Dios se muestra perfecta en la debilidad. 

--
De las Homilias de San Juan Crisóstomo.

San Juan Crisóstomo. (347 - 407)

 "¡Cuantos dicen ahora de Cristo: Quisiera ver su forma, su figura, sus vestidos, su calzado! Pues helo ahí, a él ves, a él tocas, a él comes. Tú te contentas con ver sus vestiduras, mas él te concede no solo verle, sino comerle, tocarle, recibirle dentro de ti. ¡Nadie, pues, se acerque a recibirle con náuseas, nadie con tibieza, todos encendidos, todos fervorosos, todos animados!"


"Porque si los judíos, puestos de pie, comían el cordero con gran prisa, teniendo el calzado en sus pies y básculos en sus manos, mucho más conveniente que estés tú alerta. Puesto que si ellos habían de ir a Palestina, y por eso tenían la figura de caminantes, tú, en cambio, debes trasladarte al cielo. Por lo tanto, en todo debes mostrarte diligente, pues no es pequeño el castigo con que se amenaza a los que indignamente comulgan. Piensa cómo te indignas contra el traidor y contra los que le crucificaron, y mira no te hagas también tú reo del Cuerpo y Sangre de Cristo. Ellos mataron su Santísimo Cuerpo, ¿y tú le recibes con el alma sucia después de tantos beneficios? Porque no se contentó con hacerse por ti hombre, ser herido con bofetadas y crucificado, sino que se une y mezcla con nosotros; y no solo por fe, sino en realidad nos hace su propio cuerpo."
   

Sede del Episcopado Mexicano sufre atentado con artefacto explosivo.

El edificio que es sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano fue blanco de un atentado con un explosivo de fabricación casera (bomba molotov) que fue colocado en la puerta del recinto y que detonó la madrugada de este martes.
 
El vocero de la CEM, Armando Cavazos, reportó a través de un comunicado de prensa que la bomba solo causó daños en la puerta del edificio, ubicado en la Ciudad de México, y que agraciadamente ninguna persona resultó lastimada.
 
La CEM presentó en un video (ver más abajo) el momento de la detonación que pudo captar una cámara interior.
 
Armando Cavazos señaló que ya se realizó la denuncia y esperan los resultados de las investigaciones pertinentes.
 
La Iglesia católica en México ha sido blanco de ataques violentos en los últimos meses, basta recordar la agresión al Presbítero Miguel Ángel Machorro en la Catedral Metropolitana luego de celebrar Misa en la que el agresor intentó degollarlo y le dejó gravemente herido.
 
La Ciudad de México tiene presencia de grupos políticos radicales -que hacen uso de esa clase de explosivos- que se oponen totalmente a las enseñanzas del Cristianismo sobre matrimonios, sexualidad, aborto, y otros temas polémicos, lo que convierte a la Iglesia en blanco de iinumerables ataques.


La Iglesia “discriminatoria” sigue atendiendo a enfermos de VIH y SIDA

- Durante décadas, de forma sigilosa y reservada, la Iglesia católica ha desplegado una cooperación continua y solidaria para la atención de estos enfermos: CEM


La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dio a conocer el estudio “Iglesia y VIHDA”, elaborado por su Observatorio Nacional, en el que describe el trabajo que ha venido realizando la Iglesia en México a lo largo de décadas, en favor de los enfermos de VIH y SIDA.

“Contrario a la imagen que se ha pretendido mostrar a la sociedad, de una Iglesia que discrimina y es intolerante –señala el documento– la Iglesia, de forma sigilosa y reservada, despliega una cooperación continua y solidaria para la atención de estos enfermos”.

Luego del urgente llamado que hiciera el papa Juan Pablo II en el 2004, para que en el tratamiento contra el SIDA el mundo entero se sintiera involucrado, la Iglesia en México se comenzó a organizar para hacer frente a este reto, de tal manera que al día de hoy continúa ofreciendo atención a estas personas, principalmente a través de cuidados paliativos, “que más que una mera asistencia médica al enfermo, responde a la vocación de la Iglesia de ir al encuentro del otro”.

“Mientras que gran parte de la sociedad en ese momento hacía distinciones a los enfermos que vivían con el virus y el síndrome, la Iglesia lograba desarrollar un trabajo cada vez más articulado y profesional para la atención de esas personas”.

El estudio de la CEM explica que en México los cuidados paliativos se ejecutan a través de dos espacios activos denominados: albergues y centros de atención, aunque también se realizan mediante numerosos movimientos laicales, organizados en todo el país, como un esfuerzo subyacente en la Iglesia.
 

Más que atención médica

Señala el documento que debido a que muchos enfermos de VIH y SIDA se quedan sin hogar, porque sufren de la exclusión familiar, la Iglesia se ha dado a la tarea de brindarles mucho más que atención médica oportuna, ofreciéndoles albergues: en algunos se les da tratamiento a los enfermos y en otros se atiende a los enfermos terminales.

Añade: “Los albergues para enfermos de VIH y SIDA que la Iglesia dirige están repartidos a lo largo del país, y se han logrado contabilizar once. Son una alternativa de atención a los enfermos de VIH y SIDA, porque estos albergues constituyen una comunidad que abraza, son signo de una Iglesia abierta”.

En ellos, los enfermos encuentran: atención alimentaria, albergue temporal, apoyo legal profesional, atención psicológica, nutricional, canalización médica, capacitación para que el enfermo pueda reintegrarse productivamente a la sociedad, así como laboratorios para pruebas diversas, medicamentos, transportación, recreación, gastos funerarios, “y no menos importante, el apoyo espiritual”.

“También se atiende a los familiares y amigos de los enfermos, con el objetivo de abatir la desinformación, mejorar su calidad de vida y fortalecer su dignidad como ser humano”.

A pesar de los esfuerzos que cada uno de estos albergues lleva a cabo para dar servicio a los enfermos y de que operan con donativos y voluntariado, algunos de ellos –dice la CEM– han logrado ser galardonados por su trabajo.

En cuanto al número de albergues católicos que atienden a enfermos terminales, entre ellos a los de SIDA, el estudio señala que es muy extenso, por lo cual no se ha logrado obtener un conteo preciso. “Lo que sí conocemos –apunta– es que estos albergues son dirigidos primordialmente por congregaciones religiosas femeninas, por su vocación de servicio al hermano y que muchas veces son asistidas en su labor, por un sacerdote”.

“Ahí les dan un techo, los bañan, los visten, les sirven los alimentos (y a quienes lo necesitan les llevan el bocado a la boca), les suministran sus medicamentos, lavan su ropa, los acompañan, los reconfortan. En estos albergues terminales, los enfermos de SIDA encuentran un espacio de acompañamiento para atravesar su dolor físico y fortalecer su ánimo espiritual”.

La CEM aclaró que este tipo de albergues se sostienen a base de donativos y mucho trabajo de voluntariado, que colabora en diversas actividades como: limpieza, cocina, llevando a la gente al servicio médico, etc.
 

Centros de atención, formación y prevención

Existen además los centros de atención, formación y prevención del VIH y SIDA dirigidos por la Iglesia católica, los cuales desarrollan un trabajo muy importante de prevención y formación. Lo hacen a través de la impartición de talleres y folletos formativos, e informativos, así como el servicio de pruebas rápidas de VIH.

También “es desconocido y poco valorado el apostolado que muchos laicos, Agentes de Pastoral, realizan en el tema de la Pastoral de la Salud en distintas parroquias por todo México; son ellos los que llevan directamente a los hospitales, clínicas de salud, e incluso hasta el propio hogar del enfermo, atención y acompañamiento, y los enfermos de VIH y SIDA no son la excepción en este servicio”.

“Son personas de buena voluntad que realizan una misión de cuidadores de enfermos, sin costo alguno, y con mucha caridad y amor. Son personas que donan su tiempo y entregan su vida al servicio del otro”.

Finalmente, destacó la campaña “La Iglesia en México: Esperanza de VIHda”, dirigida desde la CEM, que inició hace algunos años con cuatro principios: incluir, amar, orar y educar.

Su objetivo fue el promover y acompañar a los equipos diocesanos de base, a través de una educación de las relaciones afectivas, a fin de disminuir la exclusión y el estigma. Se elaboraron y publicaron tres materiales didácticos y complementarios de sensibilización: una guía parroquial, un documento de orientaciones, de parte de los obispos de México titulado: Nuestra fe en acción para la vida digna de nuestros hermanos y hermanas con VIH, y material en video.

Esta campaña incluyó la participación en foros como Diálogos Sociales, y con instituciones de salud como CONASIDA, entre otras.

Concluye: “Actualmente continúan en trabajo muchas de las organizaciones civiles de inspiración cristiana, y los vínculos que establecieron en ese momento permitieron sentar las bases de un trabajo en colaboración. La campaña, que se mantiene hasta el día de hoy, aunque con otros tintes y directrices, es la muestra de que la Iglesia desempeña un compromiso fraterno y solidario en favor del más desprotegido y vulnerable”.

--

Seguro también te puede interesará leer: ¿Salirme de la Iglesia? Lee primero esta reflexión.

Hacen pinta pro-aborto en parroquia, la respuesta del párroco se volvió viral.

La pinta dice "aborto libre (también para María)".

La parroquia de San Miguel Arcángel y Santa Rita, en Milan, Italia, amaneció hace unos días con una pintada pro-aborto: “Aborto Libre (también para María)”
 

Don Andrea, el párroco, reaccionó subiendo la foto de la pintada en el Facebook de la parroquia y escribiendo lo siguiente:

«Siento que no hayas sido capaz de seguir el ejemplo de tu madre. Ella tuvo coraje. Ella te concibió, continuó con el embarazo y te dió a luz. Podía haber abortado. Pero no lo hizo. Te crió, te alimentó, te limpió y te vistió. Y ahora tienes una vida y la libertad de elegir qué hacer con ella.

Una libertad que estás utilizando para decirnos que sería mejor que personas como tú no vengan a este mundo. Lo siento, pero no estoy de acuerdo. Y realmente admiro a tu mamá porque ella fue valiente. Y todavía lo es, porque, como cualquier madre, esta orgullosa de ti, incluso si te portas mal, porque sabe que dentro de ti hay cosas buenas y sólo debes ser capaz de hacerlas salir.

El aborto es el mayor “sin sentido”. Es la muerte que vence a la vida. Es el miedo que le gana a un corazón que quiere luchar y vivir, no morir.

Usted quiere elegir quien tiene el derecho a vivir y quién no, como si se tratara de derecho simple.

Es una ideología que vence a una humanidad a la que se quiere quitar la esperanza. Toda esperanza. Admiro a todas aquellas mujeres que, a pesar de mil dificultades, tienen el valor para seguir adelante. Tú, valor, no tienes ninguno, ya que te escondes en el anonimato. Y ya que estamos, también me gustaría decirte que nuestro barrio ya tiene muchos problemas y que no necesitamos gente que mancha las paredes y arruine lo poco bueno que nos queda.

¿Quieres demostrar que eres valiente? Mejora el mundo en lugar de destruirlo. Ama en lugar de odiar. Ayuda a soportar sus dolores a los que están sufriendo . ¡Y da la vida, en lugar de quitarla! ¡Estos son los verdaderos valientes!

¡Afortunadamente, nuestro barrio, el que tú destruyes, está lleno de gente valiente! ¡Que sabe amarte también a ti, que ni siquiera sabes lo que escribes!
»
 

La respuesta del parroco se ha compartido ya más de 3000 veces y acumula más de 5300 “me gusta”.

Que un templo aparezca con pintadas ofensivas, no es nuevo. Que un párroco use las redes sociales, tampoco. Pero nos pareció muy bonito y valiente, este pequeño gesto.


Fuente: Redacción de pazybien.es

Papa Francisco envía 100 mil euros para los pobres de Alepo (Siria) víctimas de la guerra.

El Papa Francisco terminó su semana de Ejercicios Espirituales de cuaresma junto a otros miembros de la curia romana y antes de volver al Vaticano celebró una misa este viernes 10 de marzo, ofrecida por todos los cristianos perseguidos y todas las víctimas de la guerra en Siria que ha causado una verdadera crisis humanitaria sobre todo en ciudades tan golpeadas por el conflicto como Alepo.
Por esta difícil situación es que el Papa recaudo entre los miembros de la curia romana la cantidad de 100,000 euros para ser enviada a aquella ciudad siria con tantas necesidades.
 

El próximo día 15 de marzo se estarán cumpliendo siete años del conflicto sirio que ha dejado una gran destrucción en la que hasta hace pocos años fuera una de las naciones con mayor estabilidad social de la región.

Al finalizar los ejercicios, el franciscano que estuvo a cargo de dirigirlos, Guilio Michelini, transmitió el agradecimiento llegado desde Alepo porla donación, la cual hizo llegar por medio de un correo electrónico el también franciscano y párroco en Alepo Ibrahim Alsabagh.

«En agradecimiento por la recogida de dinero destinado a Alepo, el padre Ibrahim ha escrito un breve email, junto a la Custodia de Tierra Santa, que expresa la gratitud de los pobres de Alepo por los que esta mañana hemos celebrado la Eucaristía, según la intención del Papa, y por la generosa donación de 100,000 euros».

El Papa terminó los ejercicios dándole su agradecimiento a Guilio Michelini por haberlos guiado durante estos días:

«Quiero agradecerte el trabajo que has hecho, como te has preparado. Esto significa responsabilidad, tomarse las cosas en serio. Gracias por todo lo que nos has dado».

Mujeres abandonadas con discapacidad mental son cuidadas por la Iglesia católica.



La Fundación Estancias Sagrado Corazón de Jesús I.A.P, en México, recibe mujeres entre 8 y 80 años de edad. La condición es solo sufrir de alguna discapacidad intelectual, y lamentablemente haber sido abandonadas por sus familiares o que estos no puedan hacerse cargo de ellas.

Dirige la Fundación la Hermana Julia María Ortega Morín, también superiora de la Fraternidad de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción.

"A todas ellas [a las mujeres con discapacidad], en este lugar se les brinda el servicio de casa hogar, pues aquí viven y se les proporciona todo lo que necesitan: alimentación, vestido, nutriólogo, servicio médico, apoyo psicológico, psiquiátrico y terapéutico, dental y cualquier otro servicio".

La hermana Julia María Ortega subrayó que en Estancias Sagrado Corazón de Jesús I.A.P. las internas, además de asistir a Misa y rezar el Rosario diariamente en la capilla, pueden tomar clases de Primaria y Secundaria en el sistema para adultos; además de participar en talleres de elaboración de pulseras, bordado y tejido, actividades que las mujeres aprenden gustosas. "Los materiales son proporcionados por benefactores, quienes a su vez compran los productos que ellas elaboran; otros son vendidos a quienes acuden a visitarlas".

La Casa de la fundación se organiza como un conjunto de cabañas, cada una con capacidad para atender 13 mujeres. "Se procura que en cada cabaña haya internas con diferentes tipos de discapacidad, con el fin de poder repartir el trabajo entre las mismas habitantes de la casa, para facilitar los cuidados; en cada una hay una religiosa como responsable, de las 11 que habitan permanentemente en la fundación. También se cuenta con dos cocineras".

Destacó que reciben mujeres con discapacidad intelectual de cualquier parte del país, pero en su mayoría son canalizadas por instituciones gubernamentales como el DIF o la Procuraduría General de la República (PGR): "muchas de ellas han sido encontradas abandonadas en las calles; la única limitante que tiene la Fundación Estancias Sagrado Corazón de Jesús I.A.P. es el cupo, pues sólo podemos recibir a 75, y ahora estamos completas, así que lo que hacemos es sugerir otros espacios donde pueden ser recibidas".

Los gastos se sufragan con ayuda de bienhechores y también de algunos donativos de los pocos familiares de las internas que no se han olvidado completamente de ellas.

Información originalmente publicada en: http://es.gaudiumpress.org/content/83326

Lo más visto del mes