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Canadá lanza la 'Gay Coin', moneda para celebrar a la comunidad LGBTQ.



La Royal Canadian Mint (la Casa Bolsa canadiense), encargada de emitir la moneda en Canadá, lanzó la 'Gay Coin', una moneda conmemorativa de un dólar canadiense para celebrar a la comunidad LGBTQ

Este año se cumplen en Canadá 50 años de que el parlamento de aquel país legisló para acabar con la criminalización de conducta homosexual, por lo que, para conmemorar este medio siglo de lo qe consideran una lucha contra la discriminación y a favor de los derechos humanos, se tomó la medida de lanzar esta moneda.

"Cumplir 50 años de aquella decisión histórica que inició un proceso de reformas legales para reconocer los derechos de los canadienses LGBTQ2 es una forma poderosa de reconocer la profunda creencia de Canadá en la igualdad y la inclusión", afirmó Marie Lemay, Presidenta y CEO de la Royal Canadian Mint.

En el evento de la presentación de la 'Gay Coin' también habló Randy Boissonnault, consejero del Primer Ministro, Justin Trudeau.

"Es una oportunidad para reflexionar sobre un evento histórico en la historia de nuestro país, y un recordatorio del progreso que aún queda por hacer mientras trabajamos hacia la inclusión y la igualdad para todos los canadienses LGBTQ2", dijo Boissonnault.

En Canadá se utiliza el número '2' cuando se habla de la comunidad LGBTQ por una antigua concepción indígena, según la cual en cada persona habitan "dos espíritus", uno femenino y uno masculino. 

Por su parte, David Cooke, director de Citizen Go en Canadá (Citizen Go es una asociación internacional en favor de temas de defensa de la familia tradicional, libertad de creencia, pro-vida, etc.), expresó que esta decisión atenta contra los derechos de millones de canadienses para quienes las relaciones homosexuales son contrarias a sus creencias. 

Opinó que todos los adultos tienen derecho a hacer todo lo que gusten en la privacidad de sus habitaciones, pero que lanzar una moneda que expresa una ideología y una agenda política concreta, obliga a quienes no la comparten esa visión de las cosas, a tener que hacer uso de la misma, por lo que supone una imposición, ya que los cristianos tendrán que recibir esa moneda como cambio o usarla para adquirir bienes o servicios.  

"Cuando lo escuchamos por primera vez, nos indignamos. No puedo tenerla [la moneda] en mi poder. Esto es promover algo que va en contra de mis creencias", dijo Cooke.

"Los adultos tienen el derecho de hacer lo que quieran en la privacidad de su propia habitación, pero no es asunto del gobierno poner esto en el dinero", recalcó el jefe de Citizen Go en Canadá.

Canadiense condenado a pagar $55,000 dólares por llamar "hombre biológico" a político transexual en un volante.


Un hombre canadiense de nombre William Whatcott fue sentenciado a pagar $55,000 dólares al "transactivista" Morgane Oger, tal como lo ordenó un Tribunal de Derechos Humanos de aquel país la semana pasada.

Según el diario Vancouver Sun, $35,000 dólares de la multa establecida serán entregados al activista y político de la comunidad LGBT en compensación por un folleto que publicó Whatcott cuando Oger se postuló para un cargo público en el año 2017 y los otros $20,000 son una multa como castigo por el comportamiento "discriminador" de Whatcott durante una audiencia que tuvo lugar el pasado diciembre sobre este mismo caso.

John Carpay, presidente del Centro de Justicia para la Libertad Constitucional, el grupo  de abogados que defendió Whatcott, protestó fuertemente contra el falló que condena a su defendido a pagar esta gran suma de dinero.
 

«La sociedad está llena de personas con opiniones diversas y la decisión del Tribunal socava los principios fundamentales de la sociedad libre y pone en peligro la salud de la democracia de Canadá», dijo Carpay.

En 2017, Whatcott imprimió 1,500 folletos que pegó y repartió por las calles en las que aparece el 'transactivista' Oger y quien era descrito como un "hombre biológico". En el folleto Whatcott  denunciaba la agenda de ideología de género de Oger.



En el mismo folleto Whatcott hacía un llamado a no votar por el Partido Demócrata Nacional (partido que postuló a Oger) y le decía a los votantes a través del mismo: «Afortunadamente, Jesucristo pagó el precio por tus pecados. Puedes recurrir a Cristo misericordioso y pedir perdón, y cuando el PDN toque tu puerta, puedes decirles que no votarás por ellos porque crees en la definición de género y matrimonio establecida por Dios».

Oger finalmente no logró el puesto por el que estaba compitiendo, perdió la elección por 400 votos, pero pidió al Tribunal de Derechos Humanos investigar las acciones de Whatcott, pues afirmó que ese mensaje que consideró "homofóbico" había afectado su campaña política. Oger acusó que el fanatismo religioso no debía involucrarse en los temas públicos. 


Durante esa audiencia, Whatcott supuestamente llevaba una camiseta con la foto de Oger y "declaraciones despectivas" debajo de la foto.


El tribunal le dio la razón a Oger y determinó que Whatcott lo había discriminado por razones de género.


«En mi opinión, el folleto es una versión moderna del letrero "solo para blancos"», dijo el miembro del tribunal Devyn Cousineau. Y además añadió: «Es un intento de bloquear las puertas del servicio público con un mensaje de que el ámbito político es solo para 'personas cisgénero'».

Alfredo Jalife-Rahme: Fracasos del México neoliberal itamita: TLCAN, ALCA, PPP

Robert Pastor (yerno del poderoso ex secretario del Pentágono y ex presidente del Banco Mundial Robert McNamara), fallecido recientemente a los casi 67 años, no pudo ver concretada la Comunidad de Norteamérica –en colaboración con Pedro Aspe y el venezolano-israelí Andrés Rozental Gutman (ver Bajo la Lupa, 8/1/14)–, de la que fue uno de los teóricos junto a Bob Zoellick (a quien le correspondió la formulación del TLCAN, ver Bajo la Lupa, 15/12/13).

No haremos leña de los árboles caídos del ALCA –fallido proyecto bushiano impulsado por el ayer panista y hoy neopriísta Fox y que fue enterrado humillantemente en Mar del Plata por los mandatarios latinoamericanos durante la Cumbre de las Américas de la OEA (http://www.voltairenet.org/article130689.html)– ni del ridículo Plan Puebla Panamá (PPP): otro fracaso sonoro de la dupla panista Fox/Calderón y excrecencia mesoamericana del fallido ALCA mediante la grotesca doctrina (¡supersic!) Castañeda, instrumento regional de Estados Unidos.

Fracasos neoliberales van y vienen en una generación con otros dos alucinantes proyectos fallidos: ASPAN –Alianza Para la Seguridad (sic) y la Prosperidad (sic)de América del Norte– bautizada por el locuaz Fox como el TLCAN-plus (como si fuera marca de refresco), que no le aportó seguridad ni prosperidad al “México neoliberal itamita”, fábrica masiva de miserables, ya no se diga el calderonista Plan Mérida, sosia del Plan Colombia, cuya eficiencia es desmentida por la inseguridad generalizada.

Le queda al “México neoliberal itamita” el esqueleto del TLCAN, el cual, 20 años después, es condenado aun por los empresarios mexicanos a quienes supuestamente debió haber beneficiado. Fuera del parasitario sector automotriz, que ha servido de outsourcing con una regalada mano de obra calificada para beneficio de las automotrices de Estados Unidos –carente de transferencia de tecnología, por lo que México no puede crear aún automóviles propios–, todo el resto de la economía mexicana ha sido una calamidad en todos los rubros de la actividad humana, que llegó hasta la expulsión obligada de alrededor de 30 millones de mexicanos –verdaderos refugiados económicos quienes, como sus similares refugiados políticos, buscan la libertad económica fuera del país que se las niega– al otro lado de la frontera para ser humillados.

Más allá de la archisabida hecatombe del campo mexicano, cuando México en forma burlesca ha sido obligado a importar maíz (símbolo de la maravillosa leyenda del Popol Vuh: el maíz encarnado en hombre para alimentar a la humanidad), blanquillos y hasta frijoles (parte sustancial de la canasta básica).

Se ha sepultado la soberanía alimentaria y el “México neoliberal itamita” es más dependiente de la superpotencia agrícola de Estados Unidos y sus poderosas trasnacionales de transgénicos ( v. gr. Monsanto), que colocarán el último clavo en el féretro del campo mediante la inminente reforma agraria de Peña/Videgaray para profundizar aún más el cataclísmico neoliberalismo financierista/monetarista que siguen experimentando en los cementerios desde hace 32 años con Miguel de la Madrid.

Poco se ha evaluado en la absorción de México a Norteamérica –cuyo primer paso fue el mercantilista TLCAN, seguido por la encubierta seguridad norteamericana de la ASPAN/Plan Mérida bajo la batuta de Estados Unidos, hasta la suicida reforma energética Peña/Videgaray/Aspe– la letal entrega de la banca nacional que esclaviza el “México neoliberal itamita” al control financierista/monetarista/centralbanquista de Wall Street y la City. De todos los graves errores cometidos por los últimos seis presidentes, el peor ha sido el demencial desmantelamiento casi total de la banca en beneficio de las trasnacionales anglosajonas –la banca española es controlada por la banca inglesa: su caballo de Troya de penetración a Iberoamérica–, porque catalizó el suicidio energético.

Mucho más grave: la desnacionalización financiera (desmantelamiento de los bancos y las aseguradoras) se gestó en el seno de la desregulada globalización financierista/monetarista bajo el control de la dupla anglosajona de Wall Street y la City: segundo y tercer lugar respectivamente frente a un patético lugar 43 de México (detrás de Chile: 29; Brasil: 32; Panamá: 36; Perú: 41), según el índice de desarrollo financiero del Foro Económico Mundial de Davos (http://www.weforum.org/issues/financial-development).

La tragedia del TLCAN no es nada novedosa ni requiere jeremiadas de alquiler cuando desde 2004 (léase: hace 10 años) nada menos que National Bureau of Economic Research (NBER), conglomerado de los mejores economistas de Estados Unidos que dictaminan la recesión, había sentenciado que el TLCAN había sido un desempeño menos que estelar para México (http://www.nber.org/papers/w10289).

En síntesis: el reporte clásico de NBER constata que de los tres miembros del TLCAN, el “México neoliberal itamita” no funcionó y aquí no se sabía.

Se derrumbó así el mito medieval neoliberal del siglo XIX del supuesto axioma de la ventaja comparativa de David Ricardo, apostador consuetudinario que vivió con el mercantilismo británico del siglo XIX y cuyas comparaciones no son vigentes en la desregulada globalización financierista y menos ante la brecha y el desacoplamiento tecnológicos entre dos países ultradesarrollados y poderosamente financieros (Canadá y Estados Unidos) frente a un desvalido “México neoliberal itamita” que sólo obsequia hidrocarburos, minerales y mano de obra regalada local y de exportación.

Marc Lanthemann, del centro texano-israelí Stratfor (7/1/14), comenta en forma caricaturesca que el TLCAN benefició a la agricultura de Estados Unidos, pero resultó un experimento (sic) económico decepcionante (¡supersic!) y que, 20 años después, sus tendencias (¡supersic!) señalan un futuro (sic) comparativamente brillante (¡supersic!) para la triada de Norteamérica (sic).

A juicio de Lanthemann, no importa tanto el TLCAN, que ha conducido a una lenta pero inevitable integración económica, sino su poderoso imperativo geopolítico (¡supersic!) que fusiona (sic) a los tres países en forma conjunta –a mi juicio, con todos los recursos de México, pero sin indeseables mexicanos alienados.

Marc Lanthemann no oculta que el aplastante (¡supersic!) beneficiario de las ventajas geográficas ha sido, desde luego, Estados Unidos, cuyo ascenso meteórico como hegemón global se debió también en gran medida a que ninguno de sus vecinos (¡supersic!) representa una amenaza.

Lanthemann no comenta que México ha sido el gran perdedor desde El Álamo, a quien le deja de migajas abstractas el etéreo brillante futuro (¡supersic!) –que sepa Dios con qué se come– con su nula I&D, tecnofobia, un patético ranking en la competitividad global (lugar 55) y ahora sin petróleo.

Sobre el esqueleto del TLCAN y la pléyade de alucinantes fracasos –ALCA, ASPAN, PPP y Plan Mérida– proseguirá la integración militar y de seguridad de México tanto al NorthCom/Norad como a la nueva punta de lanza de Estados Unidos contra China: la ominosa Asociación Transpacífica.

¿A eso le llaman brillante futuro? ¿No significa más bien el suicidio crónico de México?

www.alfredojalife.com

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